Calle Pintores. Años 40. Paquito Burgos despacha gorros de montehermoseña en su tienda. Capdevielle aparca el Topolino en San Juan y se dirige a abrir la relojería. En el Jámec toman café los tenderos de Ceclavín. Se despiden y van a abrir sus negocios: las mueblerías de Mirón y de José Pérez, la joyería de Corbacho. En la rebotica de Acedo, una chica recoge las colillas de la tertulia de la noche.

Cáceres clásica y recoleta. Rosarios y medallas en El precio fijo , la tienda sacra de las hermanas de Eulogio Blasco, el gran artista local. Trajes a medida en las sastrerías de Vilches y de Crescencio Pérez, que tiene gran petaca de tabaco en el escaparate y consigue así publicidad: todo Cáceres conoce su establecimiento como La casa de la petaca .

Los empleados de la banca Sánchez comentan el entierro de ayer en los veladores del café Viena: "No sé cómo se las arregla Juanito Barra, pero volvió a ser el primero en dar la cabezada". El peluquero más popular de Cáceres es tan famoso por sus pulcros cortes de pelo como por su velocidad condoliente a la hora de los pésames.

Los empleados cafetean en el café Viena, los menestrales, en el bar Jerte, los comerciantes van al Jámec. A leer el EXTREMADURA, que vende Leoncia en San Juan al atardecer, acuden al Círculo de la Concordia, que después será el hotel Iberia.

LA DKV DE ALISEDA

Avanza la mañana. Las dekauves de Zarza y de Aliseda ya aparcan frente al bar La Parada, en la plaza. Suben las señoras de los pueblos a comprarle alpargatas de cáñamo al marido en la zapatería Terrón. De paso, se harán con unos tornillos en Sobrinos de Gabino Díez, con una falda en Las modas de París , con una lámpara en El Siglo , con tela de forro en La Muñeca, la tienda de tejidos de Rosendo Caso.

Pintores: postal perpetua de Cáceres... Han pasado 60 años y la calle sigue marcando la temperatura vital de la ciudad. Del medio siglo, sólo perduran el estanco, la farmacia de Acedo, las sederías Oriente, el banco que fue de los Sánchez, la zapatería de Basilio Sánchez Peña , y la peluquería de Juanito Barra. A Pintores han llegado las cadenas de moda joven.

Las tiendas ya no son de Martín, Simón, Correa, Mendieta, Gozalo, Javier, Jabato ni Boaciña.. Ahora se llaman Bershka, Bijou Brigitte, Phone House, Star & Team, Monik, Complutel... Pero mientras Josefa siga vendiendo alpiste, Lorenzo despache tirachinas y Damián pregone cada día el cuponazo, Pintores mantendrá su carácter de gran bazar de la provincia, de baúl bullicioso de todas las nostalgias.