Mamen Cambero lleva en silla de ruedas un año y medio debido a una lesión medular. Ayer intentó subir con su silla manual la cuesta de la calle Sánchez Varona, pero le fue imposible cruzarla ella sola. De hecho, en mitad de la cuesta, necesitó la ayuda de hasta tres personas para empujarla porque, debido a la pendiente, la silla tendía a volcarse. Fue una de las personas que asistió ayer a una concentración que llevó a cabo la Agrupación de Asociaciones de Vecinos junto con colectivos de personas con discapacidad, como Cocemfe y Aspace, para demostrar que las entradas a la parte antigua no son accesibles.

Se quejan de las obras para mejorar la accesibilidad en Alzapiernas, Sánchez Varona y Zurbarán que se están llevando actualmente a cabo. En Alzapiernas se instalarán escaleras mecánicas en un tramo de la vía (el más ancho y cercano a Parras) y en las otras dos se realizan sendos trabajos con el objetivo de ofrecer itinerarios alternativos al de Alzapiernas. En cambio los colectivos de personas con discapacidad advierten de que ninguna de estas obras cumple con la ordenanza de accesibilidad universal aprobada por el ayuntamiento y de que, lejos de facilitar el tránsito a personas con movilidad reducida, lo dificulta.

Comenzaron la ruta en Sánchez Varona, donde constataron que el principal problema se encuentra en la inclinación. «Para que sea un itinerario accesible, como máximo tiene que tener una pendiente de un 6%, esta cuesta tiene una pendiente de un 17%», explica Juan Carlos Caso, miembro de la Agrupación Vecinal y discapacitado visual. Ayer tuvo difilcutad para atravesarla incluso Alberto Muriel, que tiene una silla de ruedas eléctrica. «Con esta silla es más fácil pero aún así me ha costado subirla porque la pendiente es muy grande», explicó después de intentar cruzar desde Moret hasta Parras.

Además, la normativa establece que debe tener barandillas a ambos lados de la calle, punto que tampoco se cumple en este caso, ya que la barandilla solo está situada en un tramo a la parte derecha y en otro, a la parte izquierda. Y en el tramo situado más cercano a Moret no hay barandillas a ningún lado. «Esto supone un problema para cualquier persona con dificultad motriz», añade Caso. A esto se une además el solado de la calle, que resbala cuando está mojado, y que la cuesta tampoco está señalizada para las personas con discapacidad visual. Según indica Juan Carlos Caso, debería tener baldosas de botonería que avisaran del comienzo y del final de la misma.

no caben dos sillas / Tras subir Sánchez Varona; la calle Parras. Tampoco es accesible. En este caso el problema se centra en la anchura de las aceras, que en muchos tramos es de 70 centímetros. La ordenanza establece que los itinerarios accesibles deben tener acerados de 1,80 metros de ancho (1,50 metros si se trata de una plataforma única, es decir, si no existe desnivel entre la acera y la calzada. El plan Pimus propone crear una plataforma única en esta calle). «Si dos personas con sillas de ruedas confluyen en ambas direcciones en la misma acera no podrían continuar su camino porque no pueden maniobrar ni bajar a la calzada porque tienen un peldaño de más de 15 centímetros de altura», añade. A esto se suman además los carteles de publicidad situados en mitad de la acera. «Somos los Carlos Sáinz de Cáceres, todo el día salvando obstáculos, si es que somos capaces de salvarlos», bromea.

La situación se repite en la calle Zurbarán, también itinarario alternativo a Alzapiernas, donde la inclinación de la pendiente será del 8% (la ordenanza de accesibilidad establece que tiene que ser del 6% longitudinal y del 2% transversal). La única calle donde se están ejecutando obras que respeta la normativa es Felipe Uribarri. En cambio esta vía se encuentra a bastante distancia de Alzapiernas. «Reúne las condiciones de accesibilidad pero cuando se ofrecen alternativas al acceso principal tiene que cumplir que no sean demasiado largos y este cae muy lejos de Alzapiernas», explica Juan Carlos Caso. Y las escaleras mecánicas de Alzapiernas tampoco solucionan el problema, ya que no se pueden subir a ellas sillas de ruedas. «Lo que no entendemos es por qué se han empeñado en gastarse más de 400.000 euros para dejar las cosas prácticamente como estaban», protesta Juan Carlos Caso.

la oposición / A la protesta asistieron también la concejala de Ciudadanos, María del Mar Díaz, quien afirmó que «el tema de la accesibilidad parece que no les importa demasiado (al ayuntamiento)». Y el edil de CáceresTú, Ildefonso Calvo, que aseguró que «la ley de accesibilidad se sigue incumpliendo y no tienen reparo en derrochar no para mejorar, sino para empeorarlo».

Por su parte el concejal de Fomento, Víctor Bazo, recordó que «siempre se dijo que Sánchez Varona no iba a ser de accesibilidad universal», sino que el objetivo de la reforma era mejorar las condiciones eliminando los peldaños. Y añadió que el itinerario accesible podrá hacerse por Zurbarán.