Desde que San Francisco de Asís creara el primer belén en el año 1223 en el municipio de Greccio (Italia), esta entrañable representación se ha convertido en la principal expresión del mundo cristiano durante las fiestas navideñas. La costumbre popular también enraizó con fuerza en Cáceres y son muchos los hogares que año tras año, con mayor o menor esmero, montan el nacimiento en el lugar más visible. De hecho, el Certamen de Belenes ha batido esta vez el récord de los últimos tiempos con la presentación de 18 composiciones particulares y 16 colectivas.

Para mantener la tradición, pero también para potenciarla (y así lo ha hecho este año), acaba de nacer la Asociación Belenista Diocesana, impulsada por el obispo, Francisco Cerro, e integrada por las cofradías. Ya en 1989 estas hermandades fueron las creadoras del Certamen de Belenes bajo la presidencia de Alonso Corrales, mayordomo del Cristo Negro. A partir de ahora, la nueva asociación y el ayuntamiento cacereño organizarán conjuntamente el concurso, que gana participación Navidad tras Navidad.

¿Pero cómo se puntúa un belén? ¿Qué elementos son los más valorados? Nadie mejor para explicarlo que los miembros de la Asociación Belenista, que forman parte del jurado junto con la concejala de Dinamización, los patrocinadores (Carrefour y Caja Duero), dos funcionarios municipales y los dos ganadores del pasado año (Lucía Guerra como particular y las Hermanitas de los Pobres como colectivo). "Lo primero, y para poder concursar, es componer un belén completo con todas las figuras esenciales", explica Jesús Brazales, secretario del colectivo belenista y miembro del jurado junto con el presidente, Ricardo Galán.

Criterios para puntuar

Por tanto, como requisito indispensable, hay que incorporar el misterio completo, los Reyes Magos, los pastores, una buena ambientación con montañas, grutas, casas y pequeños pueblos, vegetación, caminos... "También se valora bastante la uniformidad de las figuras, o lo que es lo mismo, que todas guarden el mismo tamaño", matiza Ricardo Galán. En este sentido, ganan puntos los elementos realizados de forma artesana por quienes montan el nacimiento (figuras, casas, una noria, una posada, un pozo...).

La iluminación tiene un peso notable en la puntuación final. Los mecanismos que se incorporan para dar vida a los belenes (un herrero que martillea sobre el yunque, una mujer que lava, cambios de la noche al día, un gallo que canta...) también cuentan, "pero no son determinantes", matiza Jesús Brazales.

El jurado dedica dos días completos a visitar todos los nacimientos que entran en concurso, "aunque este año lo hemos ampliado a tres porque con 34 composiciones no habría tiempo", indican. Cada miembro puntúa cada belén del 1 al 10 y la suma final determina las composiciones ganadoras, en las que todos suelen coincidir. El fallo se desvela hoy a las doce en el ayuntamiento con seis premios (tres para belenes particulares y tres para colectivos), y otra distinción para el nacimiento más original. Los galardones consisten en regalos y diplomas, y todos los participantes se llevan finalmente un obsequio.

Dos meses de trabajo

"En general Cáceres cuenta cada año con buenos belenes, como el de las Hermanitas de los Pobres, Fátima, la Residencia Asistida o la Policía Local, además de muchos nacimientos particulares dignos de una visita detenida. Todo un mérito, porque necesitan en torno a dos meses de trabajo", explica Brazales. Pero lo importante, una vez más, "es disfrutar con esta tradición en la medida en que uno pueda y animarse a participar en el certamen aunque no tengas la mejor composición", subraya.