TTte acercas a Cáceres celebra y compruebas que los hombres estamos discriminados ya que las principales destinatarias del evento son las mujeres. Hay una sugerente exposición de lencería femenina de bragas y sujetadores de todos colores (empezando por el negro que a algunos y algunas les excita mucho sin que se sepa por qué) pero no encuentras unos gayumbos como Dios manda. Además desfilan principalmente las novias. Quizás los novios estuvieran viendo el fútbol. Menos mal que vendían cacharros de cocina para manazas, unas máquinas que solamente necesitan echar los alimentos. Limpios y pelados, eso sí.

Más tarde contemplas las distintas maneras que existen de sacar las perrillas a quienes no escarmientan en cabeza ajena. Que si flores, que si vestidos para la ocasión, que si banquetes, que si regalos para los invitados de lo más variados, desde abanicos a botellitas de vino de todas las marcas.... No podía faltar la agencia de viajes. Echas de menos que no hubiera bufetes de abogados expertos en separaciones, divorcios y broncas matrimoniales, pues en estos tiempos debe ser un buen negocio. El personal va muy contento a su boda pero la cosa no está muy clara y debían reflexionar sobre un dato: había una agencia de seguros.

¿Asegurarán la duración del casamiento, quizás una indemnización si sale mal, se aseguran los daños ocasionados a las vajillas como consecuencia de las broncas?. Lo de la limusina no me convenció a pesar de que debía medir más de tres veces mi Panda. A ver dónde se aparca. Y encima tiene poco maletero para lo que suele llevar mi esposa. Pero sobre todo echas de menos un recinto adecuado para estos acontecimientos. Seguro que en 2016 lo habrá pues esa es la fecha en la que, según nos dicen, habrá de todo.