TAt la alcaldesa le han dicho que Cáceres está de moda. Y no se lo ha dicho un catovi, que ya se sabe que para él todo lo bueno está aquí, ni la Virgen de la Montaña, que tiene especial querencia a los cacereños, sino que se lo ha dicho un alcalde de una ciudad inteligente. Ya hay que ser inteligente para darse cuenta de que Cáceres está de moda porque los jóvenes se quejan de lo contrario y los hosteleros y comerciantes cada día ven menos turistas. Claro que no ha dicho qué clase de moda, porque no es lo mismo la moda El Requeté que la moda Pierre Cardin. En cuanto se enteró, el alcalde de Badajoz sentenció: "Los de Badajoz somos la leche". ¿Desnatada, semi, entera, condensada, merengada? Espero que nuestra alcaldesa no se arrugue y se lance al contraataque: los de Cáceres somos "la releche". De momento estamos entre las ciudades inteligentes. La ciudad, conste, no los ciudadanos, de manera que no se ponga chulo usted. ¿Cómo se sabe que una ciudad es inteligente? Quizás usted piense en una sanidad universal y de calidad, en que todos los cacereños tienen acceso a una educación gratuita y solvente, que los servicios sociales dan satisfacción a todas las necesidades posibles, que tenemos pleno empleo, que nuestro tejido industrial es la envidia del mundo entero. Pues no. Cómo se nota que usted no es inteligente. Una ciudad es inteligente si las farolas gastan poco, si los jardines se riegan con un programa de ordenador, si los coches se abastecen de electricidad, etc.

El ayuntamiento, en un gesto de humildad que le honra, considera que no sabe hacer estas cosas, o sea que no es inteligente y convocará concursos, hará pliegos de condiciones como se suelen hacer los pliegos y concederá tales servicios a empresas privadas. Es decir, que algunos no son inteligentes pero son unos "listos" porque estas concesiones ya se sabe a quienes van. ¿Sacarán a concurso la alcaldía y las concejalías con un pliego de condiciones elaborado por los ciudadanos?