Periodista

Ya ven, salió. Que le salió una rival a Córdoba para la capitalidad cultural del 2016. "Cuán largo me lo fiáis", decían algunos, cuando a la alcaldesa se le ocurrió la idea de reclamar la capitalidad de ese año. Y la verdad es que parecía parte de la campaña electoral que estaba cerca y muy pocos se lo tomaban en serio. El caso es que nos ha pillado desprevenidos y ya tenemos rival, pese a que el casco histórico de esa bella ciudad sea de cartón piedra y en el casco cordobés --posiblemente el más grande de Europa-- vivan 40.000 personas, sueño imposible para la ciudad extremeña, que apenas tiene 85.000 habitantes en su totalidad, frente a los 300.000 de Córdoba. El caso es que ya va siendo hora de que se despierten ediles, alcaldes, delegados, empresarios e instituciones cordobesas y se pongan a trabajar en serio. Esperemos también que no tengan que pasar otros cuatro años para realizar proyectos de última hora, de esos que pretenden ganar votos.

Córdoba está hecha unos zorros de cara a la capitalidad anhelada y ha llegado el momento de ponerse las pilas y trabajar. ¿Sabe alguien qué es eso? ¿Les suena? Pues ahora llegará la modorra veraniega, en la que a partir de las 13.00 horas ya entra el olor a siesta, luego julio, que es preludio de agosto, y de camino viene septiembre, que también hace calor, y luego octubre, los colegios de los niños y es mejor esperar a noviembre, pero luego el olor de la Navidad da frío y es mejor trabajar después de Reyes. Y aquí no se hace nada. De modo, que ¡espabilen, que se lo lleva Cáceres!