El humo provocado por el incendio que ayer calcinó entre 50 y 60 hectáreas en la zona de Montebola despertó la alarma entre muchos cacereños. Policía local, bomberos e, incluso EL PERIODICO EXTREMADURA, recibieron innumerables llamadas de ciudadanos alertando del fuego.

Un humo intenso se podía divisar desde distintos puntos de la ciudad y algunos conductores que transitaban por la antigua N-630 reducían la velocidad, e incluso se paraban en los arcenes o en la gasolinera, para contemplar el avance del fuego y el trabajo de los helicópteros del Plan Infoex que, una y otra vez, sobrevolaban la zona incansablemente para echar el agua, que recogían de una laguna cercana, para acabar con las llamas.

El viento

Aparentemente, en el club deportivo El Encinar y el Cámping Ciudad de Cáceres, reinaba la tranquilidad. Con cierta preocupación, aunque sin alarmarse, el encargado de la estación de servicio Petronor, Javier Díaz, era quien no quitaba la vista de la dirección del fuego. "La única preocupación es que cambie el viento", comentó. "Hay mucha distancia y es difícil que llegue aquí, pero la tranquilidad no llegará hasta que quede totalmente extinguido", añadió.

El ganado de la finca situada en el lado contrario a la gasolinera había ido desplazándose en dirección a El Encinar huyendo de las llamas, que se divisaban desde la carretera y que, a pesar de los esfuerzos de los efectivos del Infoex por extinguirlas, el viento, en algunos momentos jugaba en contra y se volvían a reavivar.

También subidos a peñas y rocas, vecinos de las urbanizaciones cercanas no perdían pista a las llamas, aunque la sensación era de tranquilidad, pues efectivos de la Policía Nacional les habían informado de la situación. "Los críos que estaban jugando son los que nos han avisado de que había fuego y la policía nos ha dicho que viene de Montebola", comentó un vecino de La Sierrilla antigua.