Pescado de Noruega, artículos textiles de Pakistán, cobre y sus manufacturas de La India, plásticos de Arabia Saudí... Cáceres necesita recurrir a los mercados internacionales para importar todo lo que necesita, desde alimentos a componentes industriales. Cada año, la provincia suele gastar en su cesta de la compra exterior una cifra que supera ligeramente los 300 millones de euros (a tenor de los últimos ejercicios), y que se surte de medio centenar de países repartidos por los cinco continentes, con un fuerte predominio europeo.

Según la Base de Datos de Comercio Exterior de las Cámaras de Comercio, las empresas de la provincia de Cáceres han importado de enero a septiembre de 2015 (últimos datos disponibles) mercancías por valor de 255 millones de euros, a través de 21.530 operaciones con 54 países. Si tenemos en cuenta que las exportaciones en este mismo periodo han alcanzado los 310.000 euros, se deduce una balanza comercial positiva, por tanto un buen dato, y no solo en el ejercicio 2015. "Tradicionalmente, con las cifras a la vista, Cáceres vende más que compra al exterior", señala Víctor Grajera, responsable de Comercio Exterior de la Cámara de Cáceres.

CON MATICES... Sin embargo, el experto matiza que no hay que lanzar las campanas al vuelo porque esta diferencia tiene su explicación: la provincia también importa numerosos productos a través de terceras comunidades. "Por ejemplo, muchos de los vehículos y las maquinarias que adquieren las empresas cacereñas para sus procesos industriales proceden del extranjero vía Madrid", explica. Si se computaran estas importaciones junto con las directas, muy probablemente superarían a las exportaciones, del mismo modo que en el resto de Extremadura.

Respecto a los territorios que sirven de supermercado a la provincia, llama la atención el fuerte liderazgo de dos de ellos: Países Bajos, donde Cáceres se ha dejado en 2015 (enero-septiembre) más de 89 millones de euros, y Polonia, que ha enviado mercancía a la geografía cacereña por valor de 56,5 millones. Entre ambos países suponen el 57% de las importaciones. Allí se adquieren sobre todo aparatos y artefactos mecánicos (62 y 44 millones de euros, respectivamente, de enero a septiembre), en concreto máquinas de procesamiento de datos automáticos. Gran parte de estas importaciones se relacionan con Catelsa, planta dedicada a la fabricación de piezas de caucho y termoplástico para la industria del automóvil, en el polígono cacereño de Las Capellanías, que está integrada en el grupo Hutchinson, con filiales en distintos países europeos como Rumanía y R. Checa, donde el peso de estas importaciones es también evidente.

Tanto Polonia como Países Bajos también se han convertido en los principales suministradores del segundo capítulo de productos que adquiere Cáceres por importancia económica: carnes. Entre ambos han vendido a la provincia 20,5 millones de euros en 2015, Polonia en vacuno fresco y Países Bajos en porcino blanco, carnes que luego se procesan en Cáceres. El cerdo blanco, por ejemplo, no se cría en Extremadura con este tipo de explotaciones en intensivo que permiten una gran producción (animales estabulados, engordes automatizados...) a menor coste. En unos meses de procesado en Cáceres, se obtienen productos con alta aceptación en el mercado. El caso del vacuno es similar.

Otro de los capítulos con peso lo forman el plástico y sus manufacturas (16 millones de euros durante 2015), procedente sobre