El alcalde de Cáceres, Luis Salaya, participó este fin de semana en la localidad jienense de Baeza en la Asamblea General del Grupo de Ciudades Patrimonio de la Humanidad, de la que la capital cacereña forma parte. Ha sido un encuentro diferente, primero por la situación derivada de la pandemia, y en segundo lugar, porque el debate de los alcaldes miembros se ha centrado en el turismo.

"Hemos compartido muchas inquietudes de cómo van a poder salir nuestras ciudades de una situación tan difícil", ha explicado el regidor. En este sentido, se ha hablado de la necesidad de que los remanentes del gobierno sean devueltos a los ayuntamientos: "Nos tiene que permitir disfrutar de un dinero que es nuestro, que han recaudado legítimamente los ayuntamientos y que tenemos derecho a gastar".

El alcalde ha sentenciado: "Es un atentado contra la autonomía local porque la actitud del señor Montoro cuando puso en marcha esta serie de medidas, y también la actitud del gobierno central ahora cuando se niega a derogarlas o no da un paso que esperemos que dé, lo que hace es dejar a los ayuntamientos arruinados, ir mendigando a otras administraciones para poder gobernar, pero en la línea que nos marcan otros porque no podemos ceder a la autonomía que nos da poder acceder a nuestros propios fondos". Por eso han pedido al ejecutivo central que haya un paso adelante.

También hasta el grupo ha llegado la preocupación de la Unesco por la posibilidad de que la mina de litio se asiente en Cáceres. "Es un asunto que nos inquieta y nos preocupa".

En la cita se tomó la decisión de alargar la presidencia de Ibiza en el grupo hasta diciembre "porque se han producido unos meses en los que no ha podido disfrutar de las ventajas que hemos disfrutado el resto cuando hemos presidido la red".