El covid ha hundido un sector estratégico en Cáceres. Las cifras hablan por sí solas. Si en 2019 se contabilizaron 404.411 visitantes de enero a julio, ambos incluidos, esa cifra ha caído a 131.371 en el mismo periodo de 2020. La diferencia que expresan los datos de Ocupación Hotelera del Instituto Nacional de Estadísticas (INE) es realmente dura: el descenso se sitúa en un 67%, es decir, Cáceres ha perdido dos tercios de su afluencia turística, o dicho de otro modo, dos de cada tres viajeros han dejado de venir a la provincia.

También las pernoctaciones se han desmoronado desde las 699.670 del año pasado hasta las 222.413 de este ejercicio (un 70% menos). Respecto a la procedencia, de los 131.371 visitantes contabilizados entre enero y julio de 2020, la gran mayoría (116.093) eran residentes en España y el resto extranjeros. De marzo a mayo no hubo prácticamente ningún registro de turistas, pero en junio ya ascendieron a 8.384 y en julio a 39.424. De hecho, julio ha salvado los pocos muebles que pueden salvarse en esta crisis, con 39.424 visitantes en Cáceres, de ellos curiosamente 3.538 llegados desde destinos internacionales.

«Julio ha permitido remontar, pero tampoco ha sido excepcional. Existe una diferencia considerable entre los datos absolutos de 2019 y 2020», subraya María José García Curto, presidenta del Clúster de Turismo de Extremadura. «La facturación se ha reducido mucho y el sector se encuentra muy afectado, pese al esfuerzo por ejemplo de los establecimientos de hostelería por organizar iniciativas que atraigan al público», indica.

SIN PREVISIONES

Los datos de agosto aún no han sido publicados por el INE pero no se espera nada mejor. «Cáceres recibe un buen número de visitantes por el tránsito a lo largo de la Ruta de la Plata, y este año se ha reducido. Además, el hecho de no poder prever las reservas ni programar los equipos de trabajo ha afectado a los negocios, ya que han recibido cancelaciones cada vez que se intensificaban los rebrotes, y las reservas que entraban lo hacían a última hora. Todo ello se ha añadido a estas circunstancias tan críticas», detalla la presidenta del clúster.

A su juicio, el sector se enfrenta a una «situación catastrófica» que afecta «en cadena» a los distintos tipos de negocios: «No funciona la agencia de viajes, ni el hotel, ni la casa rural, ni los congresos, ni los apartamentos, ni las actividades turísticas, ni otros establecimientos que están al hilo de lo que genera el turismo, y tampoco se ve luz al final del túnel», lamenta María José García Curto.

Las previsiones de otoño no son mejores. «En lugar de reducirse, la incertidumbre se ha ido incrementando en verano y ahora en septiembre está todo el mundo a la expectativa de lo que ocurre con los colegio, que nos afectan a todos. Tampoco hay reservas de antemano y no se puede trabajar con previsión porque llegarán a última hora», argumenta. Los festivales están suspendidos, lo mismo ocurre con los congresos, y la caza en principio se mantendrá aunque con menos movimiento.

ESFUERZO EN SEGURIDAD

A todo ello se suma «la falta de comunicación efectiva y eficiente a la hora de transmitir la seguridad que ofrece este sector. Tantos los hoteles como los apartamentos, las casas rurales, los restaurantes y bares han establecido e implementado unos protocolos de seguridad realmente importantes, que se han trabajado conjuntamente con el Ministerio de Turismo y de Sanidad. Alrededor de mundo turístico hay más seguridad que en torno a los eventos familiares, y además es constatable: se han celebrado grandes eventos sin contagios, y han surgido muy pocos brotes en torno al turismo», concluye la presidenta.