Hace más de 40 años el pueblo de Segura de Toro, en el norte de la provincia cacereña, cedió al entonces Museo de las Veletas el original de un toro verraco fechado en el siglo IV a. c. para embellecer el centro artístico de la ciudad monumental.

Ayer Cáceres devolvió aquel regalo y entregó una réplica de una impresionante escultura de granito de más de una tonelada que se exhibirá en la plaza del ayuntamiento. Tallada por los alumnos del taller de cantería de la Universidad Popular Municipal en la ribera del Marco, la pieza lucía con un acabado impecable y fue diseñada con la ayuda de la tecnología.

"Ha sido un trabajo de investigación e histórico sobre la figura que había que reproducir", resumía ayer José Antonio Pérez, director del centro, subrayando que se ha tratado de un encargo inédito en la escuela taller por el volumen de la pieza esculpida.

Gracias a una petición de la asociación de poetas Gabriel y Galán, a la que el ayuntamiento dio luz verde, la figura pudo ser entregada ayer por la alcaldesa, Elena Nevado, a su homólogo de Segura, Emiliano Corredor. El verraco, de 1,20 metros de ancho por uno de alto, podía simbolizar la fuerza o la abundancia. Ahora, vuelve al lugar para orgullo de sus vecinos.