Blanco reluciente. Como cada año lucía impoluto el caballo que acompaña a San Jorge. Nervioso, como si atisbara el protagonismo ante centenares de ojos que observaban cada orden de su jinete. Inquieto, como la comitiva que le sacaba delantera: algo más de mil ‘moros y cristianos’ que se adelantaban en grupo con andanzas y vestimentas propias de una época anterior. Él era el encargado de cerrar el desfile y llegar a la plaza para representar junto a su ‘dueño’ la ‘hazaña’ del día: librar la ciudad de un dragón que asolaba a los vecinos, este año una pieza de más de 14 metros de largo y 4 de alto.

San Jorge solo tenía que deshacerse ayer de uno, pero igual que el patrón hacía ostentación de su séquito, el dragón parecía tener el suyo y tuvo representación en al menos una decena de ocasiones. Los centros que participaban en el desfile quisieron hacer alarde de creatividad y diseñaron un ejemplar propio. Albinos, con fuego en los ojos, más recónditos y más tumultuosos concluían cada comitiva del Giner de los Ríos, Alba Plata, Extremadura, San Antonio, Castra Caecilia, Prácticas, Moctezuma, Carmelitas, Cervantes y Sagrado Corazón. La asociación de vecinos Llopis Ivorra también se animó y esculpió su particular emblema con forma de serpiente que escupe fuego.

Al igual que en años anteriores, el cortejo partió del pabellón Moctezuma. A la hora acordada, los grupos que encabezaban el desfile ya avanzaban haciendo florituras y coreografías estudiadas. Con un transcurso lento por la grandilocuencia de las esculturas, la comitiva recorrió las principales avenidas copadas de curiosos desde incluso antes de que diera el pistoletazo de salida. Isabel de Moctezuma, Sánchez Manzano, Antonio Hurtado, Cánovas San Antón, San Pedro y Gran Vía fue el recorrido designado hasta llegar casi dos horas después al punto neurálgico de la jornada: la plaza Mayor. Al llegar, los escolares que participaron se desviaron a la plaza del Duque y se concentrarán en Valhondo. Así, la comitiva estuvo encabezada por escolares procedentes de los colegios. Detrás, las tropas cristianas, la corte cristiana, el rey y la reina, el Caid y su séquito, la princesa, las tropas moras y los guardianes del dragón.

Alrededor de medianoche, la ciudad revivió su historia adaptada por Fulgen Valares y dirigida por Olga Estecha, que se pondrá en las escalinatas del Arco de la Estrella y la Torre de Bujaco. Tras la recreación de la batalla de las tropas moras y cristianas y la victoria de San Jorge, una nube de humo alcanzó a los presentes. A la hora de cierre de esta edición, el dragón era pasto de las llamas. Una nube de fuegos artificiales puso punto y final a la festividad que revive la Reconquista de Cáceres por las tropas de Alfonso IX en 1227.

LA GALLINA DE ‘ORO’ // Este año ha sido la empresa Atakama Teatro la encargada por tercer año consecutivo de representar el espectáculo que conmemora la festividad de San Jorge, patrón de la ciudad, que ha contado con un presupuesto total de 45.280 euros. Del diseño del dragón se ha encargado la empresa local La Caja Escénica.

En cuanto acabó la representación de la lucha entre las tropas moras y cristianas y el espectáculo de fuegos artificiales, dio paso el juego de la búsqueda de la gallina, una actividad que evoca a la leyenda del Caid de la ciudad, cuya hija fue convertida en gallina tras dejar entrar a las tropas cristianas.

El concurso, que consistió en encontrar dos representaciones de esta ave escondidas en algún lugar de la ciudad monumental, está dotado este año con dos premios de 200 euros para cada uno de los afortunados que las encuentre. El talón se debe presentar en el departamento de Festejos del ayuntamiento.

Las actividades en torno al patrón cacereño continúan este domingo, 23 de abril. La corporación municipal asistirá a la procesión cívica y después a una misa en la concatedral de Santa María, que comenzará a las 12.00 horas. Tras el acto religioso, el concejal más joven, Luis Salaya (PSOE) -como el año pasado- será el encargado de tremolar el pendón de San Jorge desde la balconada del ayuntamiento.