Triunfan en Madrid o Barcelona y ahora llegan a Cáceres de la mano del ayuntamiento, que ha negociado con la empresa cacereña Tecno Avant la adquisición de las primeras cuatro máquinas de gimnasia instaladas desde ayer en plena calle. La filial trabaja con una fábrica de China, la única en el mundo que fabrica este moderno aparataje, especialmente ideado para mejorar la movilidad de las personas mayores.
La avenida de la Bondad, justo al lado del hogar de mayores del barrio, será la principal beneficiaria de este gimnasio al aire libre , inaugurado ayer por el alcalde, José María Saponi, que incluso hizo sus pinitos subiendo a dos de las máquinas (el surf y el volante ) en presencia del concurrido público congregado a las puertas del histórico centro de pensionistas con cuyos asociados el mandatario compartió un bingo.
Este proyecto se incluía dentro de la actuación que el ayuntamiento ha realizado en la avenida de la Bondad, mejorando su saneamiento, asfaltado y acerado. Esas obras costaron 242.042,79 euros y los cuatro aparatos han supuesto una inversión de 3.200 euros, según confirmó el concejal de Obras, Joaquín Rumbo, que asistió a la inauguración junto a los concejales de Deportes, Seguridad Ciudadana y Asuntos Sociales, Lázaro García, Santos Parra y Basilia Pizarro, respectivamente.
Jong Kim, presidente de la Asociación Deportiva Sport Wellness Cáceres, y cuatro de sus monitores, hicieron una demostración sobre el funcionamiento de los aparatos. Juan Francisco Rodríguez, gerente de Tecno Avant, dijo que las máquinas son el volante (mejora la movilidad de los miembros superiores, inferiores y cadera), el surf (refuerza la musculatura de la cintura, mejora la flexibilidad y coordinación del cuerpo), la cintura (ejercita la cintura y ayuda a relajar la musculatura de cintura y espalda) y el timón , (refuerza la musculatura de miembros superiores así como la flexibilidad y agilidad de las articulaciones del hombro).
Saponi recordó que estos gimnasios son para todas las edades y anunció que se instalarán más en Angelita Capdevielle, Llopis y el parque del Príncipe.
