La obra ha terminado en el plazo concedido por Europa (31 de diciembre) y la capital cacereña ya dispone de dos nuevos atractivos bastante peculiares para el turismo: un museo interactivo sobre Semana Santa único en el país por sus recursos tecnológicos (maquetas virtuales, grandes pantallas, composiciones luminotécnicas...) y el aljibe jesuitico, uno de los más importantes de España, con diez metros de altura y 2.000 metros cúbicos. Ambos se encuentran en la planta baja del templo de la Preciosa Sangre y se han puesto a punto mediante una intervención realizada por el ayuntamiento, tras la firma de un convenio con el Obispado, propietario de estos espacios. La inyección económica necesaria --380.000 euros para obra y equipamiento-- ha corrido por cuenta de la iniciativa Ciudades Culturales Transfronterizas , del programa europeo Interreg.

"El resultado nos satisface enormemente", explica el edil de Fondos Europeos, Víctor Santiago Tabares. Y ello porque este proyecto, además de permitir la rehabilitación de dos espacios de indudable valor patrimonial que permanecían ocultos al público, "refuerza la proyección nacional e internacional de la Semana Santa, y por tanto de nuestro casco histórico, que es su valor fundamental. Pretendemos que se convierta en un centro de referencia, que anime al turista a regresar durante esas fechas. Todo lo que ayude a la promoción cultural, bienvenido sea", afirma.

ANTES DE MARZO Las obras comenzaron en agosto y su rápida conclusión ha sido posible "gracias al esfuerzo de técnicos y empresas", subraya el edil. El equipamiento ya está listo para su instalación en cuanto concluyan las fechas navideñas. "Posteriormente tendremos una reunión con el Obispado para visitar el recinto y acordar la inauguración, que pretendemos celebrar antes de marzo", anuncia Tabares.

Según el estudio realizado por el ayuntamiento previo a las obras, "el valor de estos espacios es enorme para el conocimiento de la ciudad". El Centro de Divulgación de la Semana Santa ocupa la cripta, y el aljibe es uno de los pocos que aún se conservan de su época. Ambos, unidos a la recuperación de la planta principal de la iglesia como museo diocesano por el Obispado, descubrirán un periodo (XVIII) del que hay pocas referencias en Cáceres.

La cripta, abovedada, de 200 metros cuadrados, albergará por tanto el centro museístico de la Pasión, que a la vez podrá funcionar como sala de conciertos y exposiciones (99 asientos móviles). El escenario estará sobre una cisterna de agua y roca que se cubrirá con planchas de vidrio. Los elementos relativos a la Semana Santa se han concebido para introducir al visitante en la principal singularidad de la Pasión cacereña: su paso entre el silencio y las piedras del casco histórico. Por ello, se trata de un espacio que envuelve los sentidos y que traslada directamente al público frente a una procesión: olor a romero, velas e incienso, sonidos reales de tambores, saetas y jefes de paso en el adarve, el arrastre de las cruces de los penitentes...

PROCESION VIRTUAL De este modo, el visitante podrá meterse de lleno en una maqueta virtual que representa un desfile magno con miles de cofrades, y mover el joystick para trasladarse de la plaza al Arco de la Estrella, o parar al lado de un cantaor o una imagen. También habrá una gran pantalla panorámica de unos seis metros en la que se visualizarán las grabaciones de los mejores momentos de las procesiones cacereñas a tamaño real, y un principio mecánico que permitirá descubrir el peso que soporta un cofrade bajo un paso, entre otros recursos novedosos.

Además se ha abierto un antiguo pasaje cegado que conduce desde la cripta hasta el aljibe, donde habrá un observatorio y una plataforma con asientos para observar sin prisa este curioso recinto abovedado con grandes arcos, que nunca se llena de agua debido a su capacidad.