Hacer quesos del Casar con las propias manos; vivir una despedida de soltera romántica basada en los mundos de Shakespeare entre los palacios renacentistas de la Ciudad Monumental; disfrutar de un tour rural en bicicleta por los Llanos; subir a un globo; volar en parapente; montar a caballo por los campos cacereños; asistir a una ruta teatralizada que te adentra en el Medievo... Todo ello ya es posible. «El turismo del siglo XXI quiere experiencias que le estimulen los sentimientos. Ya no puede prescindir de estas vivencias»·, explica Jesús Viñuales, presidente del Clúster del Turismo de Extremadura. «Los visitantes piden actividades, traen presupuesto para hacer visitas guiadas y también para algunas de estas experiencias que de verdad les hacen divertirse», indica Montaña Granados, directora de Insertus, empresa cacereña de actividades turísticas.

El viajero ya no se conforma con mirar y conocer. Además quiere sentir. El boom del llamado turismo de experiencias se deja notar con fuerza en Cáceres desde hace dos años. Y hay que reconocer que tanto la capital cacereña como Extremadura poseen un verdadero filón en este sentido. «Tenemos palacios, una naturaleza excepcional, gastronomía, artesanía... todo lo que a uno le hace sentir», destaca el responsable del clúster extremeño. «Se ha notado un incremento considerable de la oferta», subraya Montaña Granados. «A nivel regional y local, se han creado numerosas empresas que facilitan estas opciones. El turista busca que de algún modo le toques el corazón, que le emociones», agrega Viñuales.

Insertus es una de las firmas que trabaja para que la estancia del viajero sea realmente una experiencia. Está especializada en turismo cultural (etnografía, patrimonio, gastronomía, paisajes...) y ofrece distintas rutas teatralizadas, como ‘Noche de misterio y leyendas’, un itinerario nocturno que descubre los acontecimientos pasados y ocultos en el casco histórico cacereño, o ‘Una historia de cine’, que descubre junto a un director y su actriz los escenarios de los rodajes en la ciudad. También sumerge a los visitantes en jornadas gastronómicas o pastoriles, les permite ser arqueólogos por un día en Maltravieso o Cáparra, visitar Guadalupe con unos de los últimos artesanos del cobre, o vivir una experiencia apícola en Sierra de Gata.

Pero además de estos productos ya diseñados, «nos adaptamos a los que pida el cliente, trabajamos a la carta para hacer posible sus preferencias. Por ejemplo, hace unos días tuvimos que suspender una ruta a un grupo por causa de la lluvia, y a cambio le preparamos una cena temática sobre cine en el propio hotel. Programamos experiencias para ajustarnos a lo que quieren vivir los turistas», explica Montaña Granados, una de las pioneras en este ámbito.

RESERVAS / Los viajeros que programan una estancia cultural suelen realizar un par de actividades, generalmente una visita guiada y una experiencia. Muchos las reservan antes de iniciar el viaje, especialmente los grupos de amigos, familiares y empresas, ya que planifican las jornadas de principio a fin. Las parejas suelen hacerlo cuando ya están en el destino.

«La principal entrada de reservas se registra por internet, los usuarios localizan las ofertas a través de los buscadores y las contratan. También se realizan numerosas peticiones a través de los hoteles, muchos turistas aún no traen cerrado el viaje, por eso hay que facilitar la mayor información posible a estos establecimientos», indica la responsable de Insertus.

Los precios en Cáceres son asequibles, bastante más baratos que las mismas experiencias en otros puntos del país. «Una actividad de teatro con cuatro actores sale por unos 12 euros, y es de lo más caro que se oferta en la ciudad», subraya Montaña Granados.

Las experiencias comienzan a tener otra vertiente en Cáceres y su entorno natural, con tanto por descubrir y conocer. «Nos ocurre que los propios cacereños quieren sumarse a estas actividades que han conocido a través de amigos o familiares que vienen a hacer turismo. Por ello, nos estamos planteando una campaña dirigida a los colectivos de la ciudad, donde existe cierto desconocimiento de la historia y el patrimonio», indica Montaña Granados.

El turismo de experiencias no es solo una moda. Los profesionales del sector afirman que ha cambiado el mercado y tiene visos de convertirse en una opción definitiva. «Viene para quedarse. Todo lo que hace sentir al visitante, permanece en su memoria y permanece en el tiempo: oler la dehesa, ser pastor por un día, disfrutar de un 4 x 4 por los paisajes del Tajo... Y aquí tenemos para dar y tomar: patrimonio, gastronomía y naturaleza, tres pilares claves y susceptibles de generar muchas actividades», afirma el responsable del clúster.

De hecho, Viñuales sostiene que el turismo por Extremadura «está de moda, vive un momento dulce, y cuando el aire sopla a favor hay que izar las velas». Recuerda que precisamente se está tramitando el anteproyecto para modificar la Ley de Desarrollo y Modernización del Turismo de Extremadura, que trata de mejorar la regulación del sector, poner coto a las prácticas ilegales, combatir el fraude y ofrecer mayor seguridad tanto a los empresarios como a los turistas que cumplan con sus derechos y obligaciones.

El propio clúster acaba de aportar sugerencias a este anteproyecto, entre ellas incentivar a los ayuntamientos a tener sus propios planes de turismo para adecuar sus zonas más visitadas, o proponer a la Junta algún tipo de reconocimiento que ponga en valor las pequeñas empresas turísticas que llevan años funcionando de norte a sur de Extremadura (restaurantes, artesanía...).