Cáceres el Viejo anuncia que deja la Agrupación Vecinal, ya lo ha comunicado a este ente después de que el pasado 7 de mayo la junta directiva de la asociación lo resolviera de forma unánime amparándose en el artículo 7.1 de los Estatutos de la Agrupación, así como en el artículo 17 de los estatutos de la propia asociación de vecinos. La baja «es definitiva». ¿Pero qué motivo ha llevado a ello? El colectivo explica que «por tener la sensación de pertenecer más a un grupo político, estableciendo una oposición constante frente al ayuntamiento o a la Junta», que a una Agrupación de Asociaciones «donde compartir los fines de los barrio, las actividades, los enseres y/o materiales necesarios para poder prosperar como asociaciones en alianza».

La directiva añade que la asociación tiene como principales ideales «los fines de la participación ciudadana, así como la representación de nuestros socios y socias (quienes son los que realmente nos legitiman y nos avalan para que les representemos), fomentando el bienestar en nuestro barrio y su entorno, centrándonos en los verdaderos problemas cotidianos que nos afectan directamente». Aseguran que no se inscribieron en la agrupación «para reivindicar y/o compartir fines e intereses partidistas», porque ese trabajo corresponde a los grupos políticos, «quienes fueron elegidos democráticamente y legitimados en las urnas por los ciudadanos/as; nosotros nos asociamos para apoyar a las asociaciones vecinales en los problemas comunes y similares de los barrios, así como para organizar/elaborar conjuntamente las actividades participativas de la ciudad, donde una sola asociación, no puede y/o no tiene la posibilidad y/o capacidad de realizarla por sí sola».

Además, a raíz de la última asamblea de la Agrupación, desde Cáceres el Viejo se asegura que ya no se sienten representados por una organización que «aprueba y abandera la filosofía de cerrar las puertas a la transparencia de la estructura interna». A su juicio, la junta directiva de una Agrupación o Federación, «no debe ser el órgano que pretenda dirigir o presidir al resto (aunque se admita por imposición legal), sino que debe ser meramente simbólica y administrativa, en una medida representativa las asociaciones adheridas».

Añaden que «no hay más de 20 componentes en la agrupación y para ser claros, todos deberían formar parte de una única junta directiva, compartiendo la responsabilidad, las decisiones y el trabajo en partes iguales». Estiman que si una federación se convierte «en una entidad independiente (aunque lo sea), como cualquier otra asociación vecinal, causa una duplicidad de fines y da origen a competencias, por lo que deja de tener sentido la unión».

Cáceres el Viejo concluye que «si el órgano de representación de la Agrupación decide y asume cargos de factura/s de una entidad (asociada), sin el conocimiento de las demás, quebranta gravemente en el reparto de patrimonio proporcional y lógicamente nuestra asociación no está dispuesta hacer el esfuerzo de abonar las cuotas anuales, y que con ello se utilice para solventar los gastos de otras asociaciones. en fiestas y/o eventos, de forma individual».