Las embarcaciones turísticas transportaron durante el primer semestre del pasado año a 9.600 pasajeros por aguas cacereñas. De enero a junio del 2017, esa cifra ha alcanzado los 17.000 usuarios, de modo que la empresa prevé duplicar sus resultados anuales. Y es que los cruceros fluviales van viento en popa. El primero comenzó a surcar la provincia cacereña hace siete años. A las tres rutas iniciales se unieron cuatro más anunciadas la pasada primavera, y en estos momentos ya hay nueve circuitos programados por el Tajo Internacional, La Raya y el entorno de Monfragüe. No son solo barcos, son aulas flotantes con modernos recursos que van mostrando la riqueza natural de parte de los 1.500 kilómetros de la costa dulce extremeña, única en Europa.

El teléfono (680 554 146) y la web (http://barcodeltajo.com) no paran de recibir reservas, por eso el personal está operativo de nueve de la mañana a nueve de la noche, los siete días de la semana. El público se siente atraído por los barcos, una nueva forma de recorrer los excepcionales parajes de la provincia, que además se completa con toda suerte de actividades de aventura, excursiones, visitas guiadas, jornadas en Portugal y hasta noches de hotel.

«La Raya tira mucho. El hecho de que el turista pueda cruzar de la parte española a la portuguesa con facilidad (y viceversa) para descubrir ambas culturas, atrae a numerosos pasajeros tanto españoles como lusos», explica Rafael Pintado, responsable de estas rutas organizadas por Turismo de la Naturaleza de Extremadura (empresa propietaria de los barcos) y Factor Ocio (mayorista de turismo rural). Los precios oscilan entre 10 y 18 euros por persona, pero además existen packs familiares.

PUERTO ALCÁNTARA / Desde Alcántara, próxima a la frontera con Portugal, salen dos nuevas rutas. Parten del embarcadero habilitado en el ‘Bañaero’, donde se encuentran los barcos de los pescadores. La primera, ‘Contemplando a los guardianes’, surca el Tajo y remonta el Alagón a bordo de un aula de naturaleza activa que va interpretando la fauna, la flora y la historia de la zona, mientras se disfruta de un café, un refresco o incluso de productos típicos como quesos, aceites, embutidos y dulces (estos detalles se repiten en otras rutas). A través de los extraordinarios espacios de la zona Zepa llega hasta Peña Cepeda, un área rocosa donde los auténticos dueños del paraje son los numerosos buitres leonados.

El circuito se prolonga casi dos horas (ida y vuelta) y puede complementarse posteriormente con un combinado muy demandado por el público. Se trata de la ruta circular ‘Regreso a los templarios’, que se realiza en autocar o bien en coche propio, pero acompañada por un guía turístico. Recorre la localidad portuguesa de Segura y su entorno, la aldea romana de Idanha a Velha, Monsanto y Penha García (en el Geoparque Naturtejo), todo ellos con interesantes restos templarios.

El segundo crucero fluvial de Alcántara se denomina ‘Ruta de los gigantes’. Atraviesa auténticas moles como la propia presa de Alcántara, Peña Cepeda y el Canchal de las Ranas hasta llegar a los Canchos de Ramiro, «el gigante de los gigantes, un lugar privilegiado en el que convergen las aguas de los ríos Alagón y Árrago, con una original estructura en forma de cañón», detalla Rafael Pintado.

Esta ruta de cinco horas, permitida desde el 1 de agosto al 14 de enero (para proteger la nidificación), no ha podido iniciarse aún debido al bajo nivel de las aguas en los canchos. Hay que esperar la crecida. Pero además, la empresa ha mantenido reuniones con técnicos y autoridades de la zona de Ceclavín para ubicar allí un segundo embarcadero donde los viajeros que se incorporen harán la ruta en dos horas, una duración más adecuada para muchos usuarios. Todo indica que la infraestructura podría estar lista de cara a la próxima temporada.

POR ESPAÑA Y PORTUGAL / Por su parte, el crucero ‘Balcón del Tajo’, promovido desde sus inicios por la Diputación Provincial de Cáceres, ya ofrece hasta cinco rutas para descubrir la gran riqueza paisajística del Parque Natural del Tajo Internacional, todas ellas en marcha. La primera, bautizada como ‘La última frontera natural’, va desde Herrera de Alcántara hasta Cedillo (22 kilómetros, dos horas). Otra lleva por nombre ‘Corazón del Tajo’ y discurre entre Herrera y Santiago de Alcántara (igualmente 22 kilómetros, dos horas). Una tercera opción une estos dos trayectos en un solo crucero de cuatro horas que recorre todo el tramo navegable del Tajo en la zona, atravesando un territorio privilegiado e incluso temporalmente restringido por su diversidad de flora y fauna (buitres leonados, alimoches, cigüeñas negras, águila imperial...).

De Cedillo parte la ‘Ruta del contrabando’, una aventura por la frontera natural entre España y Portugal, remontando el cauce del río Ponsul para descubrir algunos de los trayectos utilizados antaño por los contrabandistas que recorrían estos parajes.

Otro de los circuitos, en este caso con una acogida exitosa y creciente, se denomina ‘Descubre Portugal’. Comienza en los embarcaderos de la orilla española (Cedillo, Herrera de Alcántara y Santiago de Alcántara) hasta Lentiscais. Una vez allí, los autocares fletados gratuitamente por la Cámara Municipal de Castelo Branco llevan a los viajeros hasta esta ciudad donde realizan una visita guiada al castillo templario, los jardines del palacio arzobispal, la iglesia de San Miguel o el Museo del Arte Sacro, además de saborear una comida portuguesa y finalizar la jornada de compras para regresar de nuevo en barco. Quienes lo deseen pueden optar por pasar el día en la piscina-playa del municipio, y también por añadir una noche en la ciudad lusa, una opción denominada ‘Portugal a tu aire’. «Solo en julio han realizado el circuito hasta Castelo Branco más de un millar de personas», destaca Rafael Pintado.

MONFRAGÜE / Las dos rutas que faltan por estrenar son las del entorno de Monfragüe. Los permisos de navegación están concedidos desde febrero pero la construcción del barco, que se lleva a cabo en Zaragoza, y su transporte, que se prevé realizar estos días, han obligado a retrasarlas. Una de ellas cubrirá el trayecto entre Serradilla y el Salto del Gitano, pero se quedará a 1,5 kilómetros por protección medioambiental. «No navegaremos en el parque natural», matiza Rafael Pintado. El embarcadero de Serradilla está ahora en fase de contratación y demorará también su puesta en marcha.

El segundo trayecto, Serradilla-Talaván, sí comenzará en cuanto llegue el barco. Tendrá salida y llegada en esta última localidad y se adentrará por la reserva de la biosfera, un paraíso de aves. Para entonces se espera que las aguas recuperen la cota de los 206 metros tras las últimas lluvias. Por debajo de ese nivel la navegación no es posible desde Talaván. «Tenemos una demanda altísima para visitar Monfragüe, raro es el día que no hay una docena de turistas solicitando estas rutas», revela Pintado.