Resulta muy típico estar en un bar e invitar a un familiar o un amigo café o a un desayuno. Sin embargo, no es tan usual dejar pagado ese café o ese desayuno a una persona cuya identidad se desconoce. Esa es la esencia de Cafés Pendientes , una iniciativa surgida en la ciudad italiana de Nápoles, pero que ya ha traspasado fronteras y está presente en la mayoría de ciudades españolas, entre ellas, Cáceres.

Son seis los establecimientos cacereños los que se han querido unir a esta actividad solidaria para personas sin recursos: bar La Vera en Alfonso XI, restaurante Octavo Arte en General Ezponda, mesón El Encinar en la plaza Mayor, tapería Puerta de la Estrella en el Adarve de la Estrella, La Matilda Taberna en la plaza de Santiago y pub los 80 en la de Bruselas.

Desde el colectivo Cáfés Pendientes en Cáceres destacan la buena acogida que ha tenido entre los ciudadanos "que han acudido a alguno de los locales participantes y han abonado el precio de un café u otro producto para las personas que están pasando por una situación difícil y no pueden costearlo", señala la organización, que indica que el número de consumiciones pagadas se incrementó rápidamente en las primeras semanas desde que se puso en marcha en mayo.

"Me presentaron la idea y acepté enseguida. Está funcionando muy bien gracias a la ayudada desinteresada de los ciudadanos. Resulta esencial ayudar a la gente que lo está pasando mal", afirma Cristopher Sancho, encargado del bar La Vera, uno de los establecimientos colaboradores, que añade que "un café caliente viene muy bien durante el invierno". Sancho cuenta que todos los días pone al menos una consumición.

Bajada estival

Sin embargo, durante este verano ha disminuido considerablemente ya que, según la organización, se han consumido 36 cafés, un bocadillo y un desayuno. Por ello, hacen un llamamiento para que los ciudadanos "recuerden en estos meses hay situaciones que no cierran por vacaciones", un hecho que también destaca Sancho: "Hace unas semanas un par de chicos no pudieron tomarse un café porque no los había pendientes" relata. Eso sí, reconoce que alguna vez ha puesto tres o cuatro, aunque no tuviese ninguno ya pagado. Y es que en estos tiempos difíciles cualquier ayuda es poca.