Entre el 10 y el 15 de febrero es la fecha que maneja el concejal de Participación Ciudadana, Víctor Bazo, para la apertura de la sede de la Asociación de Vecinos de Hispanoamérica. La empresa GVA Promociones y Construcciones SLU, de Germán Valdés, trabaja a marchas forzadas después de que las obras de reparación le fueran adjudicadas por un montante de 26.293,15 euros, IVA incluido. «Ya se ha pagado la luz para que Iberdrola pueda meter las acometidas y en próximos días los del aire acondicionado tienen que pasar la revisión del técnico homologado», dijo el edil.

Bazo explicó que en estos momentos la empresa trabaja en la realización de las pruebas de estanquidad en la cubierta ajardinada para evitar las goteras, después se procederá a la pintura. También se realizan labores de reparación de los muebles de la cocina con el fin de arreglar todas las deficiencias. El presidente de Hispanoamérica, Raimundo Medina, confió, por su parte, en la celeridad para resolver los flecos pendientes.

Fue siendo Carlos Sánchez Polo alcalde de la capital cacereña cuando el ayuntamiento ofreció a Hispanoamérica un solar para levantar su sede a instancias del propio Raimundo Medina, que entonces ya presidía el colectivo. Poco tiempo después el consistorio convino con los vecinos la idoneidad de ceder esos terrenos a la Junta de Extremadura para que el extinto Insalud levantara allí el Centro de Salud San Jorge a cambio de dejar un espacio libre para que la sede pudiera construirse en el futuro.

En el año 2004 Raimundo Medina remitió una carta al entonces presidente regional, Juan Carlos Rodríguez Ibarra, para que los terrenos revertieran de nuevo al ayuntamiento y pudiera hacerse la sede vecinal. El proceso se dilató de forma pasmosa. Hubo gestiones por parte del gobierno de José María Saponi, que resultaron infructuosas, y no fue hasta el mandato de Carmen Heras cuando los vecinos recuperaron el terreno. De esta manera, y siendo concejal de Obras Miguel López, se comenzó el movimiento de tierras. En 2011, ya con Elena Nevado en la alcaldía, se colocó la primera piedra.

La obra de la sede vecinal fue adjudicada por 383.388,83 euros. Esta actuación ha pasado por una dilación administrativa sin precedentes que ha hecho que la asociación con más tradición de la ciudad no tuviera hasta ahora un centro propio. Es verdad que los trabajos comenzaron en 2011, pero se paralizaron a los pocos meses por problemas con la empresa adjudicataria y algunas de las contratas que trabajaban en la parcela.

El edificio, ubicado en la calle Teide, tras el centro de salud San Jorge, quedó entonces abandonado a medio construir y durante todo este tiempo el ayuntamiento ha gestionado para resolver el contrato y poner en marcha una nueva adjudicación de los trabajos que restaban por hacer.

Tal como ha venido publicando este diario, la empresa Incoc, a la que se le adjudicó la actuación, entró en concurso de acreedores y dejó la ejecución al 92%, pendiente de unos 23.000 euros para poder finalizarla. A partir de ahí, el pasado mes de junio el gobierno municipal comenzó la resolución del contrato a través del Consejo Consultivo de la Junta de Extremadura, que aceptó dicha resolución. Luego las obras se adjudicaron a GVA. La sede vecinal llevará el nombre del presidente Raimundo Medina, según anunció la alcaldesa.