Con el paso del tiempo se están volviendo cada vez más invencibles. Y ya multiplican el número de habitantes de cualquier ciudad. Son temidas por la mayoría de los humanos, aunque en algunas culturas son un auténtico manjar. Aquí no es el caso. Se encuentran en donde menos te lo esperas y el verano es su estación favorita. Son muy coquetas y adoran ser vistas en todo momento, y por todo el mundo. En la calle Águilas son una más del barrio y, como alguna vecina afirma, si lo deseas, pueden incluso «acompañarte» a tu destino. En efecto, se trata de cucarachas.

En Cáceres se están reproduciendo. La Mejostilla, y en especial, la calle Águilas está, a juicio de los vecinos, plagada de ellas. «Vivo en un 2º piso y me entró por la ventana», declaraba ayer una de las jóvenes consultadas.

Los negocios son los que se llevan la peor parte. María del Mar, es dueña de una guardería de la zona y lucha constantemente para que ninguna de ellas intente colarse para jugar con los niños. Se encuentra en una lucha continua. Estima que la administración elude responsabilidades y que en Conyser es ya una conocida por la de veces que ha pedido que fumiguen la zona. Su local es uno de los más perjudicados. Afirma que ha habido momentos en los que los colores de la fachada no se veían de la cantidad de cucarachas que tenía. «Se llevaron, no te miento, dos sacos de basura. En mi vida había visto algo así».

Se encuentra «harta y preocupada» de esta situación principalmente por la salud de los más pequeños. «He tenido que poner trapos, sábanas y demás para que no entrasen». La dueña confiesa que no es la peor plaga de todas las que ha vivido pero que sigue siendo «horrible». El vecindario espera que esta situación acabe cuanto antes y deje de perjudicarles en su vida diaria. Desean que sus hijos dejen de verlas como una mascota más de la casa