Badenes, semáforos, mayor iluminación o radares fijos son algunas de las medidas que reivindican los vecinos y comerciantes de los puntos en los que han tenido lugar los últimos cuatro atropellos en Cáceres: la calle Gredos en El Vivero, la avenida de San Blas, la calle Gabino Muriel y la avenida de la Hispanidad. En ésta última, donde una joven falleció tras ser atropellada, la colocación de un radar fijo es una de las medidas que demandan algunos de los residentes de la zona.

«Al principio de la avenida de la Hispanidad no hay ni badenes, hay que hacer algo. A lo mejor colocando un radar fijo mejoraría la situación porque pocos conductores respetan al pie de la letra la señalización», comentó ayer Mariano, quien tiene una opinión similar a la de Martín. «Mejor que badenes, que la gente frena dos segundos y ya está, yo pondría un radar fijo o incluso dos. Los coches van a 80 o 90 kilómetros por hora y esto no va a cambiar», indicó. Además de ello, el de la visibilidad --que se puede ver afectada según la posición del sol-- es otro de los puntos a mejorar. «Hay poca iluminación y los setos que hay repartidos por la avenida restan visibilidad», apuntó Juan Pedro, de la Frutería Moctezuma.

En la calle Gabino Muriel, donde ocurrió el último atropello este fin de semana, Jesús colocaría un semáforo en la incorporación a la calle desde la avenida de Portugal. «El otro día me pudieron atropellar a mí. Salió un coche que no me vería, me tuve que echar para atrás y quedarme parado en mitad del paso de cebra porque si no me lleva por delante», explicó. «Pondría un semáforo porque el paso de cebra está muy pegado al ceda el paso», añadió Jesús. Como él, Esther, que pasea a diario por la calle, sostiene que ese paso de cebra «es un peligro» porque «los coches ven el semáforo en verde y ya no miran nada más». Ella pondría un badén. «Más de una vez le he dado en el capó a algún coche que casi me atropella».

Badenes

También los vecinos que viven cerca de la calle Gredos echan en falta mayor seguridad vial. Particularmente en el cruce inmediatamente anterior a la rotonda que conecta con Cabezarrubia. «Los coches que vienen para arriba no ven a los peatones y los que vienen hacia abajo van muy rápido», indicó Isabel, que echa en falta «un badén y más señalización vertical bien iluminada». También Francisca acusa la falta de badenes. «El --badén-- que hay es mínimo. Yo pondría uno más elevado o incluso que el propio badén sea el paso de cebra, para que los vehículos se vean obligados a reducir la velocidad».

Por último, en la avenida de San Blas, el cruce de hasta cuatro calles que se encuentra junto a la iglesia de San Blas es el punto negro. «Tiene tanto tránsito que no sé cómo no hay un semáforo o un badén porque la gente no sabe muy bien quién tiene la preferencia muchas veces. A la salida de los colegios es increíble y por la tarde los sonidos de frenazos son frecuentes», apuntó Abelina, quien, al igual que su madre Toñi, limitaría la velocidad «a 30 kilómetros por hora».

Siempre hay cosas por mejorar y toda precaución es poca. Por ello, tanto vecinos como comerciantes que residen en estas zonas apuntaron ayer algunas propuestas que aportarían, a su juicio, mayor seguridad vial. Cuatro atropellos en 10 días no se pueden repetir.