Sacó de la miseria a muchas huérfanas, curó a los enfermos, atendió a los apestados de una terrible epidemia de cólera y nunca pidió nada sí, pero la madre Matilde Téllez, fundadora de la comunidad de Hijas de María Madre de la Iglesia (dirige el colegio San José) y beatificada en el 2004, tendrá desde hoy una calle en el Rodeo.

Este homenaje ha sido posible gracias a los trámites iniciados hace dos años por la Cofradía del Amor, con sede en la capilla de Santa Gertrudis, situada en el colegio. El mayordomo, Francisco Acedo Picapiedra, ha puesto un empeño especial que hoy verá compensado. Todo ello en memoria de una mujer nacida en Robledillo de la Vera en 1841, hija de notario, que frente a una vida fácil eligió el camino más duro, contra su propio padre y contra el anticlericalismo de la época.

Desde muy joven tuvo clara su vocación: quería fundar un instituto religioso y así lo comunicó por carta a Pío IX. Comenzó con una sola compañera, pero no se desalentó, y ambas se dedicaron al cuidado de huérfanas y enfermos en Béjar. Estos gestos atrajeron a más jóvenes y pronto se fundó la congregación María Madre de la Iglesia, que se trasladó a Don Benito. Después de un trabajo heroico contra el cólera y de la apertura de un hospital para pobres, la comunidad se expandió por Trujillo, Córdoba, Almendralejo, Los Santos de Maimona, Villaverde de Burguillos y Cáceres, donde la madre Matilde encontró su segunda casa.

La orden se instaló en una casa cedida por un marqués en pleno casco histórico, pero sus condiciones llevaron a una huérfana a morir de difteria. Entonces las monjas se fijaron en el barrio humilde de Santa Gertrudis y en su capilla, por entonces cerrada. Una suscripción popular en El Eco de la Montaña recabó la ayuda de toda la ciudad y las Hijas de María pudieron establecerse allí, donde siguen a día de hoy, tras 115 años de vida activa.