La reforma de la ordenanza municipal no será la panacea. Y es que no cualquier establecimiento que aspire a un cambio de licencia podrá hacer las obras necesarias. La concejala María José Casado lo ejemplificó ayer: "Un café-bar que va a dar comidas, si no tiene salida de humos, en la vida puede ser un café-bar. Hay locales en La Madrila que no van a poder tenerla porque los vecinos no se lo van a permitir", indicó, convencida de que los hosteleros interesados en transformar sus locales para adaptarlos a iniciativas como conciertos tendrán que invertir en sus negocios.

Con los cambios en la ordenanza, el gobierno local quiere lograr que los empresarios "interesados en organizar actividades de ocio y cultura puedan hacerlo ajustándose a la normativa legal vigente y de acuerdo con las ordenanzas municipales". Casado fue tajante: "Que quede claro que no van a pasar de una licencia a otra por la cara".

El nuevo panorama que pretende dibujar el ayuntamiento en el ocio establecerá las condiciones que debe reunir un local para desarrollar una actividad determinada. "Ha sido nuestro caballo de batalla", reconoció la concejala, partidaria de adaptar cada establecimiento a su uso. "Habrá gente que se tendrá que conformar con tener horarios de mañana y tarde por las condiciones del local y adecuar su actividad a este horario", apuntó. Otros establecimientos, dijo, "podrán tenerlo más flexible y desarrollar actividades como, por ejemplo, un café-concierto".