‘Ejército, cultura y sociedad en Cáceres durante la dictadura de Primo de Rivera: el gobernador Antonio García Pérez’ es el título de la conferencia que el teniente coronel y doctor en Historia, Pedro Luis Pérez Frías, ofrece a las ocho de la tarde de hoy en la Subdelegación de Defensa dentro de los actos que organiza la Asociación de Amigos del CIR.

Curiosamente llega Pérez Frías a hablar de este asunto después de que el pleno de Cáceres haya aprobado el cambio de nombre de Primo de Rivera por el de Clara Campoamor. Aunque el motivo de su charla es Antonio García Pérez, no rehusa el conferenciante a mostrar su opinión sobre este asunto: «Considero que es un error mirar desde una perspectiva de ahora lo que se hizo hace 100 años», dice. «Miguel Primo Rivera, que muere en 1931, fue un gobernante y dictador que se impuso durante siete años en España, entre 1927 y 1930, de manera que la revisión histórica puede llegar hasta Viriato si queremos».

A juicio del ponente, Primo de Rivera «intentó llevar la pacificación al Reino de España en un momento crítico. Impuso la dictadura a Alfonso XIII. Aportó estabilidad a España. Logró la pacificación en Marruecos (es un éxito suficiente) y con él España entró en la Sociedad de Naciones».

Pero el asunto central de la intervención de Pérez Frías es glosar la figura de quien fuera gobernador militar de Cáceres entre 1929 y 1930. Antonio García Pérez era un coronel que llegó a mandar el Regimiento de Infantería Gloria. Nació en Puerto Príncipe (Cuba) y era hijo de un militar español de origen soriano. A la edad de 3 años regresó a la península y en su trayectoria sirvió durante un año en la isla cubana como segundo teniente de Infantería, pero el grueso de su carrera lo desarrolló en España: estuvo en Córdoba, Málaga, Madrid y participó en la Guerra de África, «aunque no era un africanista, pero sí un intelectual muy prestigioso, profesor en la Academia de Infantería de Toledo entre 1905 y 1912 y diplomado de Estado Mayor».

Tribunal de honor

Tribunal de honorDurante su estancia en la ciudad puso en marcha medidas de acercamiento de la guarnición militar a la sociedad civil. Entre ellas, organizó el primer Congreso Pedagógico de Cáceres del 29 y juras de bandera en las que participaron civiles, niños pobres asilados en la diputación y ancianos.

Además, se preocupó de fundar un museo biblioteca para los soldados del regimiento en el Cuartel Infanta Isabel, para lo que solicitó apoyos en la ciudad e incluso en el territorio español. Igualmente, consiguió que el Ayuntamiento de Ceclavín donara un busto del teniente coronel Claudio Temprano, a quien le habían otorgado la laureada por su actuación en Marruecos en 1929. Antonio García potenció la presencia de los militares en el santuario de la Virgen de la Montaña y envió incluso patrullas a Trujillo y Plasencia para estrechar lazos con las autoridades civiles y con las unidades placentinas del batallón de montaña Gomera Hierro.

«Cambió la situación del Ejército en Cáceres, explica el conferenciante. «Fue un escritor muy apreciado y conocido, con más de 350 obras, entre libros y artículos. Publicó en el Nuevo Día de Cáceres sobre el patronazgo de la Inmaculada y el general Weyler».Antonio García fue cesado a finales de octubre de 1930 por un Tribunal de Honor que lo acusó «de actitudes poco honrosas por su tendencia sexual». Un final terrible y desgraciadamente cierto.