Después de la polémica que precedió a la cita anual de la ciudad con el mercado de las tres culturas, este año parecía estar condenado a no repetir su habitual éxito. Sin ser catastrófico, desde uno y otro lado de los puestos reconocen que la afluencia ha sido menor, sobre todo en el entorno de San Mateo, quizás también por la ausencia de puestos el barrio judío. Por el contrario, Gran Vía, la plaza Mayor y Santa María han registrado las mayores concentraciones de público, sobre todo en el mediodía de ayer y el sábado. "El día grande, que siempre es el sábado, no lo ha sido este año", afirmó ayer el concejal de Turismo, Franciso Torres, que aunque ayer no pasó por el mercado, dijo que la afluencia de público del sábado era menor, aunque se motró satisfecho con "el nuevo formato". Además defendió la reducción del número de puestos "por motivos de seguridad", y avanzó que el próximo año "el mercado regresará al mes de noviembre", y que se potenciará la participación ciudadana "en recreaciones históricas". Torres se refirió también a la problemática de la judería: "No va la gente y eso para el año que viene es uno de los puntos a mejorar", aseveró.

Los vendedores de todas las zonas reconocen que la climatología no ha favorecido el desarrollo. Los artesanos que mostraban oficios en desuso se quejaban además de que la decisión de que este año se dispersaran por la ciudad monumental, tampoco ha ayudado. "En los tres días no han parado más de diez personas", señaló Bernardo Sánchez, desde su puesto de cerámica Al Yarrar, detrás del Parador. "No hay ni un cartel que indique lo que hay aquí", criticó desde el puesto que traía por primera vez a Cáceres y que, "si es bajo esas condiciones", no repetirá.

También acusaban la falta de público en una plaza de San Mateo casi vacía en torno a las 13.00 horas de ayer. "Ha estado muy flojito", señalaban desde el puesto de carne. "Y en otros años nos habían dicho que este mercado era muy bueno, con mucha gente", añadía. En el mismo sentido se pronunciaba Ramiro Díaz en el puesto de patatas asadas. "A los de abajo --Santa María y plaza Mayor-- sí les ha ido mejor, pero a nosotros, aquí, bastante mal", decía.

Tal y como avanzaban sus compañeros, otros comerciantes de Santa María señalaban que, sobre todo en el mediodía del sábado, la afluencia de público fue abundante, aunque con menos aglomeraciones que otros años. "Los que han venido otros años dicen que no tiene nada que ver", señalaba tras la barra, Estela García. Uno de los que más tiempo lleva viniendo es el puesto de frutos secos Sabina, situado en el último tramo de la Gran Vía. "Ayer --por el sábado-- el mal tiempo que hizo condicionó la afluencia de gente", señalaba uno de sus vendedores, aunque a su juicio no había mucho menos que en ediciones anteriores. Las actividades infantiles en la plaza --un columpio-barco, ponis, animación infantil-- y el foro de los Balbos --una noria y un tiovivo-- congregaron a numerosas familias en torno al mediodía.