El colectivo denuncia que los autobuses llegan a San Blas y La Mejostilla llenos desde el centro, lo que provoca que los niños y jóvenes que viven en estas zonas y estudian en la Universidad Laboral o en el campus lleguen tarde a clase. El párrafo con el que se inicia este artículo es actualidad estos días. Pero no se ha escrito ni esta semana, ni la anterior, ni siquiera durante el último mes, sino que el autor del mismo es una plataforma de padres y vecinos que pedían mejoras en el transporte público y se escribió el 27 de enero del año 2003. Trece años después se está planteando la misma demanda al consistorio por padres y vecinos de La Mejostilla.

Las líneas y los trayectos del autobús urbano sufren al menos un gran cambio por legislatura, ya sea para atender las nuevas zonas de crecimiento de Cáceres, como ocurrió durante la pasada década (la etapa de mayor crecimiento urbanístico de la ciudad con la aparición de nuevos barrios), para ajustar los recorridos con el objetivo de reducir el déficit (como pasó durante la pasada legislatura hasta en dos ocasiones para recortar un déficit del servicio de autobuses que superaba los 4 millones de euros) o para dar respuesta a peticiones puntuales, como la de hace diez años cuando se atendió la demanda de un autobús nocturno que llegó a tener dos líneas, pero que finalmente se tuvo que suprimir por su escaso uso.

En esta legislatura también se prevé que habrá cambios, aunque hay una condición que mediatizará las variaciones que se quieran acometer. La misma es que se tendrá que mantener el equilibrio económico del contrato con Subus, la empresa que gestiona el servicio de autobuses urbanos. Lo que significa esto es que las variaciones que se hagan en las líneas no pueden suponer un nuevo coste para el Ayuntamiento de Cáceres con vista a controlar el déficit y que no vuelva a superar los cuatro millones.

LA CONDICION de mantener el equilibrio económico financiero de la concesión como requisito para aplicar las medidas y las actuaciones del plan director aparece en el pliego de condiciones de la nueva concesión que entró en vigor en junio de 2014. El plan director, que es el documento base de trabajo en la recién constituida mesa del transporte, propone los cambios que se pueden realizar según la empresa concesionaria que gestiona el servicio, aunque cada uno lo acompaña de su correspondiente importe, que, si no se equilibra con una reducción de costes o con un aumento de ingresos, incrementará el déficit.

Subus conoce el servicio de autobuses urbanos desde hace 5 años, cuando empezó con su gestión, primero sustituyendo a Busursa y después con la nueva concesión del servicio en 2014. En el primer año del nuevo contrato, entre junio de 2014 y mayo de 2015, dejó el déficit en 2,6 millones si se tiene en cuenta que los costes ascendieron a 5,8 millones y que la recaudación fue de 3,2 millones. Esta cifra de déficit no se conseguía al menos desde 2008, cuando en los presupuestos de ese año se calculó una pérdida de 2,1 millones. No obstante, en los últimos años también se ha ido reduciendo la cifra de usuarios. En 2015 bajó la cantidad de viajeros del transporte urbano, aunque ha sido un año en el que durante todo un semestre ha estado cortado uno de los principales ejes del servicio: la avenida de Primo de Rivera.

Ahora tocará afrontar nuevos cambios, como el de los vecinos y padres de alumnos de La Mejostilla, que quieren que una de las líneas conecte esta zona con la Universidad Laboral, y se repetirá el mismo debate: por un lado, un servicio público que debe atender las demandas de la población, y por otro, un déficit del servicio que hay que sujetar sin recurrir a incrementos de la tarifa que reduzcan la cifra de viajeros.