Cuando se intenta ganar un gran partido hace falta primero la convicción de que ello es posible. Así pues recorriendo el proceso que puede llevarnos a poseer el título de Cáceres, capital europea de la cultura, me parece necesario, entre otras variadas cuestiones, decidir o al menos reflexionar sobre qué ciudad de Polonia pudiera ser buena compañera de Cáceres en el camino hacia la capitalidad e iniciar los contactos. Nunca es pronto para ello. Es sabido que la normativa que rige el concurso habla de que serán dos ciudades, una de la Europa de los 15 y la otra de los nuevos países anexionados las que compartirán el privilegio y la corona de la titularidad.

Y posibilidades ofrece muchas ese gran país. Recorriendo la historia no resulta difícil imaginar multitud de aspectos que nos acercan. Los banqueros Fugger, los famosos prestamistas de Carlos I de España y luego de su hijo Felipe II tenían un maravilloso palacio en Gdansk en la Pomerania oriental y hay quien dice que en algunos de los barcos con cargamentos de oro y plata procedentes de América, de los que sin duda se beneficiaron y que llegaban a su puerto pudieron ir más de uno y más de dos extremeños.

Malopolska tiene unos atractivos culturales importantes en Cracovia que fue capital europea de la cultura en el año 2000. Mazovia, en el centro tiene dos ciudades importantes: Varsovia y Lodz, las dos muy grandes para nosotros. Wielkopolska es la región más vieja de Polonia, su ciudad más importante es Poznan, entre Berlín y Varsovia, con sus 19 universidades y escuelas superiores. Es la cuna del estado polaco y en ella funciona desde 1921 la Feria Internacional de Poznan que acoge cada año más de 30 ferias distintas a escala nacional e internacional además de ser considerada la capital del poder autónomo. Silesia, en la parte sur occidental tiene por capital a Wroclaw, ciudad de 1000 años situada sobre el Oder, atravesada por muchos canales con 12 islas y decenas de puentes con un conjunto de arquitectura sacramental gótico hermosísimo y al tiempo con un moderno centro comercial, industrial, científico y cultural. La ciudad ha crecido como cruce de culturas polacas, checas, austriacas, alemanas, judías y hasta húngaras y de centros comerciales seculares. Su belleza hoy, después de sus muchas vicisitudes, es equiparable a cualquier metrópoli europea, con su centro histórico lleno de vida. Pomerania está en la parte norte de Polonia, sobre el mar Báltico. La Oriental se extiende desde la cuenca del Slupia hasta el delta del Vístula. Su capital es Gdansk, cuna de Fahrenheit, Hevelius, Schopenhauer o Gunter Grass y uno de los tres puertos más grandes de Polonia. Cercanas están Sopot, Gdynia, Torun.

Con muchas de estas ciudades podemos buscar proyectos comunes, desde la semejanza o desde el contraste. Porque la solicitud deberá incluir un programa cultural de dimensión europea con un año de duración, que ha de responder a unos criterios repartidos en dos categorías: el fortalecimiento de la cooperación entre los agentes culturales europeos y el desarrollo cultural de los habitantes de las ciudades en cuestión.

¿Y cómo lo hacemos? Desde la seriedad y el compromiso. La candidatura de Cáceres será ciertamente creíble si conseguimos un proyecto regional, lo que lo sitúa fuera de toda consideración partidista o electoralista donde nadie podrá "ir por libre" y hacer de ello propaganda personal. Hoy el Consorcio está constituido por instituciones de distinto signo político que deberán respetarse mutuamente si se quiere que el mismo cumpla eficazmente con sus fines. Al tiempo Cáceres ofrecerá su ubicación, estratégica desde hace muchos miles de años, su patrimonio y capacidad, infraestructuras y manifestaciones culturales organizadas bajo el criterio de los expertos.

Pero de eso hablaremos más detenidamente otro día.