A las nueve de la mañana y coincidiendo con el Día de San Jorge la Montaña salió ayer de su santuario. Una hora antes los hermanos de carga y la junta de gobierno de la cofradía ya estaban allí. En ese momento se entregaron las medallas a los hermanos mayores de 65 años, que adquieren así la categoría de veteranos. Seguidamente se celebró el paso de los hermanos de carga aspirantes a hermanos de carga activos, grado que les permite portar las andas de la patrona. Los aspirantes eligen a un padrino (suele ser un familiar o amigo), que impone la medalla, bendecida por el capellán de la cofradía, Florentino Muñoz. Luego se cantó la salve, se organizaron los turnos de carga con el reparto de planillos y empezó la procesión. Abrieron el desfile un estandarte y unos 60 niños, que igual que el resto de hermanos vestían túnica azul cielo y capelina y guantes blancos.

La Virgen salió sobre las andas de plata adquiridas en los 60 en un taller sevillano y restauradas en 1999. Su crestería es una réplica del palacio de los Golfines de Abajo y tiene motivos de margaritas y flores de lis. Cuatro turnos de 30 hermanos componen los 120 totales que cargan a la Montaña y que hicieron el recorrido desde el santuario hasta la plaza Mayor, a excepción del tramo comprendido entre las ermitas del Calvario y el Amparo, que la cargaron las mujeres. Precisamente en el Amparo, las cofradías realizaron una ofrenda a la patrona. La procesión enfiló luego hacia San Marquino, donde el ayuntamiento dispuso un arco de flores, y luego tomó por Fuente Concejo donde la talla llegó sobre las 11 de la mañana.

La llegada a Concejo se considera uno de los momentos más emotivos de la procesión. Unas 5.000 personas se dieron cita, según la policía local, que desplegó 25 agentes. Allí, la imagen fue recibida por el obispo --vestido de alba, estola y capa pluvial-- y los miembros del cabildo, también de alba, con estola y casulla. Acudieron igualmente el presidente de la diputación, el subdelegado, el mayordormo de la cofradía, Jesús María Larrazábal, y autoridades civiles y mandos militares. El alcalde entregó a la Montaña el bastón de mando, que simboliza la condición de Alcaldesa Honoraria que adquiere la Virgen durante los días que permanece en la ciudad. El técnico municipal Rafael Valiente se encargó de su colocación.

La Montaña, vestida por la camarera Pilar Murillo, lucía el manto que le regaló la ciudad con motivo de las bodas de plata de su coronación canónica, el 12 de octubre de 1949; es de estilo renacimiento, hecho de tisú de plata fina, bordado a mano con oro fino en alto relieve. Portaba gladiolos y claveles blancos, colocados por la camarera de ornato, Pepi Bravo Perera. La imagen llevaba la corona de diario, la misma que luce en el santuario, circular de plata dorada elaborada con las piezas que sobraron de las aportadas por el pueblo para la corona que le regaló en 1924, año oficial de su coronación canónica, como manda el quinto misterio del rosario.

Desde Fuente Concejo y a gritos de Viva la patrona de Cáceres, viva la cacereña bonita , la talla continuó hacia el Arco del Cristo. La banda municipal inició el cortejo y la del Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada de Valdemoro, con traje de gala, lo cerraba. Algunos de sus miembros también custodiaban a la Virgen ya que la Guardia Civil es hermana de honor de la cofradía desde el 6 de marzo de 1949. La asociación ARA también ayudó al control del paso y atendió a seis personas que se sintieron indipuestas. También acudieron al desfile los dos recientes hijos predilectos de la ciudad, el humorista José Luis Franco Franquete y el médico Benjamín García.

Ya en la calle Caleros, hermana de honor de la cofradía, se bailó a la talla al ritmo del redoble cacereño y los vecinos le lanzaron piropos y pétalos de rosas; alfombraron el suelo de romero y colgaron mantones en los balcones. En la ermita del Vaquero un grupo le cantó Virgen Morenita y a la altura de Santiago le rindieron homenaje la cofradía de Jesús Nazareno y el grupo scout. Ya en la plaza Mayor y tras la entrega de regalos, la cacereña Felisa Rodríguez y su hija Arancha dedicaron a la Virgen una canción estrenada para la ocasión.

Finalmente, los miembros de la corporación cargaron con la imagen hasta Santa María, donde ya se desarrollan los cultos religiosos. La Virgen regresará a su santuario el próximo 7 de mayo. La concatedral abrirá hasta el 26 de abril a las 10.00 y cerrará a las 22.30. Del 27 al 7 de mayo lo hará de 08.00 a 24.00.