Aspiran a ser actores o directores dentro de cuatro años. Son los candidatos a una de las 24 plazas que oferta la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura en su nueva sede de la planta superior del centro de exposiciones de la plaza de San Jorge. Ayer comenzaron a probar suerte en las pruebas de acceso que continuarán la próxima semana para poder seleccionar a los alumnos que llenarán los pasillos naranjas de la escuela a principios del próximo mes de octubre.

Juan Duarte, 31 años, camiseta negra modelo abanderado y gorra a juego, quiere ser uno de los elegidos. "Vivo en Cáceres, pero he estado cuatro años en la escuela de Olivenza haciendo la especialidad de Interpretación. Ahora quiero cursar la de Dirección", dice este joven al que no le ha faltado trabajo desde que empezó a estudiar en compañías de la región como Rodetacón. "Claro que dentro de diez años me veo trabajando en un escenario, de lo que sea, pero trabajando en esto", asegura convencido de su vocación por la escena.

A las pruebas de acceso concurrió ayer una treintena de aspirantes, una cantidad que la dirección de la escuela da por buena a pesar del escaso tiempo del que ha dispuesto para promocionar la convocatoria. El ejercicio escrito común a ambas especialidades consistió en el análisis de un texto del dramaturgo Jardiel Poncela. Antes de comenzar el examen, los candidatos pudieron conocer las instalaciones con salas de maquillaje o interpretación y un decorado al estilo pop de colores vivos, que contrasta con las piedras y bóvedas blancas de la antigua residencia Luisa de Carvajal.

A Paula Villegas, de 31 años y opositora a administrativa del Servicio Extremeño de Salud, también le atrae la interpretación. Aunque tiene claro que no quiere dedicarse profesionalmente a ello, ha decidido aspirar a una plaza, dice, "para evadirme, divertirme, relajar el cuerpo y la mente y comunicarme con otras personas". Leyó una noticia en la prensa sobre la escuela y decidió presentarse para formarse en una disciplina de la que, añade, "es completamente ignorante".

El arranque

El teléfono de José Ramón Alonso de la Torre, director del centro, no deja de sonar. Ha cambiado a sus alumnos del instituto de Arroyo por futuros actores y directores y un claustro con una decena de profesores. "Es un reto poner en marcha la escuela. En España solo hay una quincena con una titulación de grado", subraya, más preocupado ahora de que el centro esté preparado para el arranque del curso que de otras miras más ambiciosas.

El proceso de selección continuará el próximo lunes con las entrevistas a los mayores de 19 años sin titulación. "Nuestro objetivo a largo plazo es que la escuela tenga prestigio pero, a corto, que las matrículas se puedan hacer en el período fijado y que las clases comiencen en su fecha", subraya Alonso. Ahora solo falta lo más importante: el material humano.