Son poco más de las once de la mañana y en las instalaciones de la piscina del cerro de los Pinos, en la barriada cacereña de Aldea Moret, son todo risas y diversión. Treinta niños de entre 8 y 14 años participan en el campamento lúdico deportivo organizado por el Instituto Municipal de Asuntos Sociales en colaboración con la Concejalía de Juventud y el Instituto de Deportes. La iniciativa pretende fomentar la integración y acabar con la imagen de marginalidad que históricamente rodea a la barriada. Pero a los más pequeños parece importarles poco tan noble objetivo, ellos vienen a pasarlo bien.

Hoy es el primer día del campamento y los dos coordinadores y las tres monitoras encargadas de impartir los talleres han preparado una jornada de lo más variada. El baile de moda, la batuka, ha sido la actividad elegida por nueve de los niños, que se esfuerzan en seguir los pasos de su monitora al ritmo de la música."Es muy difícil", se quejan algunos.

Una decena de los jóvenes participantes han decidido emular a Robin Hood y se han apuntado sin pensarlo al taller de tiro con arco. Todos contemplan boquiabiertos el arco que sostiene entre sus manos Juan de Dios Hurtado, uno de los coordinadores del campamento, que sonríe mientras nos cuenta que "la iniciativa está gozando de muy buena aceptación, incluso tenemos lista de espera". Los pequeños se esfuerzan en clavar las flechas en el centro de la diana, unos con más éxito que otros, pero todos con algo en común, una sonrisa en la boca. "¡Qué malo eres!", le gritan divertidos a más de uno.

El resto de los niños han decidido sofocar las altas temperaturas del verano practicando una innovadora actividad, el aeróbic de toda la vida en una piscina, es decir, aquaróbic. Pero "las actividades irán rotando cada día", afirma el coordinador. Además, los jóvenes vecinos de Aldea Moret realizarán diversas excursiones, como la que tienen programada a Cabezuela del Valle. "Queremos que conozcan un pueblo típico de la región", dice Hurtado. Al fin y al cabo, no hay que olvidar que tras estos juegos se esconde un objetivo claro: ampliar los horizontes de los niños y conseguir la integración del barrio.