Los jóvenes no utilizan el ordenador, los jóvenes viven en el ordenador y desde allí establecen sus relaciones. Por ello, situaciones como el cyberbullying o ciber-acoso forman ya parte de los principales problemas que pueden afectar al adolescente. Y junto a este nuevo fenómeno, otro viejo conocido, la droga, pero con variantes, ya que el consumo se centra ahora en la marihuana con bastante diferencia frente a otras sustancias. Son dos de los asuntos que el Cuerpo Nacional de Policía está tratando directamente con los escolares cacereños, a través de una campaña que pretende prevenir ciertas situaciones desde el entorno educativo.

Cáceres sigue siendo una ciudad tranquila y no tiene ahora más o menos problemas que antes. La policía recuerda que el número de incidencias en la provincia se sitúa por debajo de la media nacional. Pero las nuevas tecnologías "hacen que hoy día el autor o la víctima de algunos delitos puedan estar tanto en la aldea más pequeña como en la ciudad más grande", explica Angel Gutiérrez, inspector, jefe de grupo de la Brigada de Seguridad Ciudadana de la Comisaría. Por ello, el II Plan Director para la Convivencia y Mejora de la Seguridad Escolar , coordinado desde el Gobierno a través de las Subdelegaciones, trata de informar sobre los posibles problemas y sus riesgos objetivos mediante charlas en las aulas. En Cáceres y Plasencia ya se han sumado varios centros.

Durante su encuentro con los adolescentes, los agentes profundizan especialmente en cinco temas: riesgos en internet; acoso escolar; drogas y alcohol; bandas juveniles; y violencia de género. Los tres primeros son los que más tiempo ocupan por su mayor probabilidad a esas edades y por los riesgos que entrañan. Destaca el ciber-acoso , que inquieta en general a los padres y a la comunidad educativa porque los jóvenes tienen más conocimientos de internet que los propios adultos, con lo cual las posibilidades de detectarlo e intervenir de forma adecuada se limitan.

CALVARIO EN LA RED Según acaba de constatar una investigación de la Universidad de Valencia, más del 25% de los adolescentes han sufrido cyberbullying en el último año, es decir, han sido acosados a través de las nuevas tecnologías (móvil o Internet). La víctima recibe insultos, amenazas, humillaciones o desprecios por medio de e-mails, foros, redes sociales o SMS, a veces ante la mirada cibernética de sus compañeros de clase o de todo el universo de internet. "Hacen mucho daño, porque antes los chavales tenían su casa como zona segura pero ahora les pueden acosar continuamente por ordenador o por teléfono", explica el inspector Angel Gutiérrez.

El problema se agrava con el excesivo uso que los adolescentes hacen de las nuevas tecnologías. "Es su forma de relacionarse con el entorno, pero aún no tienen madurez suficiente para diferenciar lo virtual de lo real, para darse cuenta de que el daño que hacen trasciende al plano real", señala el experto policial. Además, como en otras facetas, a estas edades "pecan de poca prudencia" y transmiten datos e imágenes "sin medir los riesgos ni las consecuencias".

También se produce el acoso escolar directo, en las aulas o en el entorno del centro educativo, por parte de ciertos jóvenes que se creen con superioridad física o psicológica sobre otros. "Llevamos un tiempo sin recibir denuncias en la Comisaría, pero sabemos que está ocurriendo en un escalón inferior a lo que sería delictivo, no de forma frecuente pero sí puntualmente. Los chavales nos lo manifiestan en las charlas", subraya Angel Gutiérrez.

EL CANNABIS, MAS FACIL Por otra parte, las drogas y el alcohol constituyen el eterno problema al que hacer frente. En los últimos tiempos han cambiado las tendencias. Frente a otras drogas más caras que han visto descender su consumo, la marihuana se ha convertido en la sustancia de mayor uso. "Esto no quiere decir que todos los adolescentes la fumen, ni mucho menos, pero el que adquiere estupefacientes, generalmente se decanta por ella", aclara el inspector.

Las razones son obvias. La marihuana puede plantarse en cualquier casa, incluso la venta de semillas se realiza sin problemas en las tiendas, y los manuales de cultivo abundan en internet. Por tanto, su puesta en circulación es más sencilla que por ejemplo la del hachís, que ya depende de redes organizadas. "Frente a ello, les recordamos que el peligro de las drogas está en su tolerancia y dependencia, es decir, en la necesidad imperiosa de conseguir la dosis y además cada vez en una cantidad mayor para obtener los mismos efectos", advierte el especialista policial.