El recinto ferial, La Cervera, las inmediaciones de Aldea del Cano o junto a la carretera de Malpartida de Cáceres, un ambicioso aeropuerto internacional para líneas de bajo coste o un aeródromo para vuelos privados han puesto forma a las aspiraciones de Cáceres por ver despegar a una infraestructura aérea que, a lo largo de tres décadas, no ha conseguido salir del hangar. La última iniciativa en aterrizar se presentó ayer y la dotación presupuestaria que el gobierno regional compromete para el próximo año y el siguiente (en total 4,4 millones) buscan hacerla realidad antes de 2017.

No será un aeropuerto de pasajeros, sino un aeródromo para el aterrizaje y despegue de aeronaves ligeras de transporte privado, pero permitirá a Cáceres recuperar una conexión por aire cuyo precedente más sólido se remonta a la Segunda República, cuando el actual recinto ferial era un campo de aviación con una línea regular de pasajeros con Madrid. Durante la Guerra Civil, también recibió a las aeronaves de la legión alemana Cóndor, pero cuando acabó la contienda, Cáceres no supo retener en estos terrenos el proyecto de la escuela de cazas, que acabó en Talavera la Real, mientras el campo de aviación cacereño enfilaba su desaparición.

Un gran llano a 15 km

En los años 70 la Dirección General de Aviación Civil puso en marcha un plan de expropiaciones en un gran llano a unos 15 kilómetros de Cáceres, que dieron lugar al campo de vuelo de La Cervera, el espacio llamado entonces a convertirse en el germen de un futuro aeropuerto que nunca llegó. Era el enclave idóneo por orografía y climatología, y se habilitó una pista de 1.400 metros, pero no hubo más avances en los años sucesivos y las restricciones medioambientales y la protección existente en la zona como ZEPA aparcaron cualquier opción de que este espacio llegara a ser la infraestructura aérea de Cáceres demandaba.

En todo caso, el campo de vuelo de la Cervera ha sido hasta ahora el único punto de encuentro de Cáceres con la aviación moderna y funcionó como tal durante dos décadas. Hasta 2008, el Aeroclub de Cáceres, la Asociación Cacereña de Aeromodelismo y la Asociación Experimental de Aviación han buscado un paso más, e incluso el gobierno de José María Saponi encargó durante su última legislatura (1999-2003) un estudio para la conversión de la Cervera en aeródromo, aunque la implicación del ayuntamiento, no pasó entonces de ese punto.

'Megaproyecto'

Antes de que la opción de La Cervera quedara aparcada por completo, la redacción del plan de urbanismo puso de nuevo alas a las aspiraciones de la ciudad porque contemplaba allí un aeropuerto de tercer nivel, que Junta y ayuntamiento vieron con buenos ojos. Eso era el año 2004 y cuatro años después, la falta de seguridad y la la protección del entorno acabaron con cualquier opción para La Cervera.

Después de unos años de silencio, el expresidente extremeño Juan Carlos Rodríguez Ibarra anunciaba en 2006 la creación de un aeropuerto internacional, promovido por Caja Extremadura, con el apoyo de la Junta y en el que operarían líneas de bajo coste. En 2008 se definió su ubicación, a unos 17 kilómetros al sur de Cáceres, entre Aldea del Cano y Casas de Don Antonio, cerca de la A-66 de la futura autovía Cáceres Badajoz y de la estación del AVE. Pero el proyecto requería más fondos que los que podían comprometer la caja y la administración regional y poco a poco comenzó a decaer hasta que se optó por aparcar los trámites con los primeros zarpazos de la crisis

Pero los empresarios de la Fundación Cáceres Capital retomaron en 2011 la idea de que crear en Cáceres una infraestructura aérea, redimensionándola bajo la forma de un aeródromo. La alternativa que presentaron al gobierno regional se desarrollaría en unos terrenos cedidos por la Fundación Valhondo Calaff, dependiente de la Subdelegación del Gobierno, en la finca Marradas y Cintado, de 266 hectáreas y situada junto a la N-521, a 12 kilómetros de Cáceres. Y allí se prevé ahora que despegue en 2017 el primer vuelo y también las aspiraciones aéreas de la ciudad.