Los vecinos de La Cañada aseguran que se sienten "tristes", "cansados" y "muy hartos" de la falta de inversiones en su barriada, donde los edificios de uso público sufren destrozos y donde faltan algunos servicios que, aseguran, son básicos en cualquier distrito de la ciudad, entre ellos un acceso peatonal para los residentes, instalaciones deportivas, una guardería y una zona de juegos. "No tenemos nada, ni siquiera una cabina de teléfono", denunció ayer a EL PERIODICO el presidente, Juan Morán.

Estas deficiencias han sido puestas de manifiesto durante la última reunión de la junta directiva del barrio, cuyos miembros incluso sopesan la posibilidad de dejar los cargos por la "impotencia" y el "desánimo" que sienten en la actualidad.

"Hemos asumido estas responsabilidades para lo bueno y para lo malo, pero es que no nos dan nada, tienen al barrio totalmente olvidado", lamenta el presidente, que afirma que en otros distritos "sí vemos avances". "Salimos muy ilusionados de la reunión con el concejal de Participación Ciudadana hace un año, incluso nos conformábamos con que las reformas se hiciesen poco a poco, pero es que no hay mejorías, nada de nada. La Cañada también existe", afirma.

Aseguran que la peor parte se la lleva la sede vecinal y casa cultural, donde no quedan puertas, ventanas, grifos, inodoros, ni lavabos. "Todo está lleno de basura, de restos de botellones , incluso de jeringuillas. Es un nido de drogadictos. Los daños comenzaron hace cuatro años y ahora está destrozada", explica Juan Morán. Según el presidente, cuando el barrio ha tenido la posibilidad de acceder a cursos y talleres municipales ya no ha podido hacerlo, puesto que la sede, durante largo tiempo inactiva, ya estaba deteriorada.

El edificio destinado a una futura guardería también sufre destrozos. "Han roto los cristales, pero todavía puede evitarse que ocurra lo mismo", dice el presidente. Los vecinos piden la puesta en marcha de este servicio debido a la cantidad de niños pequeños que viven en la zona.

Las pistas de fútbol sala tampoco se han construido "y los niños siguen jugando en la carretera y en las cocheras, con los consiguientes enfrentamientos entre los residentes". Además, la zona de juegos del barrio fue desmantelada hace dos años por carecer de la homologación necesaria, "y todavía esperamos que instalen unos nuevos", explica el presidente.

Una de las principales demandas del barrio es la construcción de un acerado que una su único acceso con la rotonda del ferial, puesto que actualmente no existe ninguna forma de llegar hasta La Cañada, salvo por el arcén de la carretera de Badajoz, sin una sola farola por la noche. "Es un auténtico peligro", indica Juan Morán. La directiva también pide mejoras en el cruce que da entrada al barrio.