"Es como ese aire fresco que aún nos queda, ese aire de cuando éramos más jóvenes, de cuando en Cáceres había más libertad, menos botellón ... Nuestro lugar de encuentro, charlas y relaciones... Ha sido remodelado continuamente, pero todavía me parece bonito porque aún conserva su esencia". La fotógrafa Eva Granados, generosa y sincera, dedicaba ayer estas cariñosas palabras a Cañadul, todo un referente de La Madrila Alta que ya ha cumplido 20 años.

Y para celebrarlo, Granados y otros 20 artistas cacereños conforman 20 años, 21 fotógrafos , una exposición que ella misma ha comisariado y que anoche, con el bar a reventar, se inauguró en presencia de numerosos representantes de la vida social y cultural de Cáceres. La muestra sirve para rendir homenaje al mítico local de la calle Doctor Fleming, referente de pinchos y cañas, fundado por Goyo Borrella y Demetrio Domínguez. Original y ecléctica, la muestra es en verdad una miscelánea en la que los autores dan rienda suelta a su imaginación y creatividad. "El objetivo es que cada uno imprima su estilo, que aborde el tema que desee y por eso hay de todo, desde animales, hasta reflejos, pasando por una bailaora, un actor y hasta un bate de béisbol", explicaba la comisaria.

Luis Casero, con su claraboya como imagen, siente que Cañadul "forma parte de las vivencias de la movida nocturna cacereña". Para Javier Remedios, que retrata un bar africano, el de Cáceres "es un bar donde siempre hay gente conocida".

Pepe Higuero acude al local con la temática de la moda bajo el título Ahora que tienes 20 años . "Cañadul es uno de los bares donde se respira mayor libertad en Cáceres sin sentirse vigilado, un lugar donde la gente se mira y se sonríe", asegura.

Para Francis Villegas, fotógrafo de EL PERIODICO, Cañadul es también parte de la cultura cacereña. Con el actor Santi Senso como como uno de los valores del 2016, Villegas acude a la muestra con una fotografía publicada en este diario y que forma parte del libro Cáceres Entrevista .

Y así hasta 21 imágenes, todas llenas de encanto, que colgarán en el local hasta mitad de junio. "Cañadul fue de los primeros bares que conocí en Cáceres. Encierra esa cosa romántica que tienen los bares en los que has pasado buenos ratos, los bares en los que a altas horas se hacen confidencias. Mi foto es una crucifixión a punto de resurrección. Es un autorretrato", dice recién llegada a Cáceres Elisa Blázquez, otra cómplice de este proyecto que mantiene a Cañadul tan joven como el primer día. Aunque hayan pasado 20 años.