El ayuntamiento sustituirá las tuberías de dos calles del casco antiguo para intentar solucionar el problema del agua sucia en esta zona. En concreto se cambiarán las de las calles Ribera de Curtidores y Tenerías. Es otra alternativa más para lograr mejorar la calidad del agua ya que las purgas realizadas por la empresa encargada de la gestión del agua en la ciudad no han surtido efecto.

El alcalde, Luis Salaya, reconoció hace unos días que las actuaciones llevadas a cabo hasta ahora por Canal de Isabel II no han sido fructíferas, por lo que se están buscando otras opciones. La primera de ellas será la sustitución de la red, aunque por el momento se seguirán realizando las purgas. En su comparecencia se refirió precisamente a la información ofrecida en la última comisión de Desarrollo Urbano (celebrada a principios del mes de julio), cuando ya se anunció que se había encargado a Canal de Isabel II la redacción de los proyectos para sustituir las canalizaciones de fundición gris. Dentro de estos proyectos se encuentra el de estas dos calles.

Quejas vecinales

La situación sigue generando quejas entre los vecinos, que se ven obligados a comprar agua embotellada para cocinar, limpiar y hasta para ducharse. Advierten, además, de que el estado del agua está provocando también el deterioro de algunas calles de la zona. En cuanto a esto último, Luis Salaya explicó que lo que ocurre es que el pavimento «se está ensuciando precisamente por la realización de estas purgas, pero que «no tiene mayor efecto negativo sobre el mismo».

Como el problema continúa, los afectados están preparando un escrito con pruebas documentales que entregarán en el ayuntamiento, en el que  denuncian que la capital cacereña «sufre desde hace tiempo un servicio de agua no apta para el consumo humano» y exigen que se aporten soluciones a corto plazo.