El presidente de la Diputación Provincial de Cáceres, Antonio Caperote, presidió ayer el pleno del cierre de legislatura --el último bajo su mandato--, lanzando un mensaje de agradecimiento a su partido por la confianza que depositó en él hace dos años tras la dimisión de Pilar Merchán al frente de la presidencia. El mandatario confesó que se marcha con un sabor "agridulce y de tristeza. Se trata --dijo-- de abandonar lo que ha sido tu vida en los últimos años, con sus aciertos y sus errores".

Caperote, que el sábado será sustituido por el también socialista Juan Andrés Tovar al frente de la institución provincial cacereña, mostró su intención de continuar en política. Aseguró que seguirá como teniente alcalde de su pueblo, Villanueva de la Vera, y que estudiará y valorará algunas ofertas, aún sin concretar, que le ha realizado su partido.

El presidente añadió: "Creo honestamente que he cumplido lo que me pidió el partido; yo tenía si se puede decir así, un contrato hasta el 25 de mayo, se podía haber renovado o se podía decir que se ha terminado el ciclo, pero no puedo --subrayó-- estar dolido en ese aspecto". Comentó que no asistirá a la sesión de investidura de la nueva corporación provincial. "No quiero fastidiar la fiesta a nadie, porque yo también en este momento tengo un cierto sentimiento de tristeza; estar ahí --subrayó-- sería dar motivos de morbo que no merecen la pena".

AGRADECIMIENTOS

En su despedida, Caperote tuvo palabras de agradecimiento a sus compañeros de grupo, a la oposición, a los trabajadores de la institución y a la prensa, "por su respeto y comprensión en los momentos difíciles".

Por su parte, la portavoz del PP, Teresa Bravo, que también abandona su puesto, deseó que la nueva corporación que empieza el sábado defienda los intereses generales por encima de la batalla política.