Hay enemigos, enemigos mortales y compañeros de partido. En esta reflexión del político alemán de centro derecha Konrad Adenauer ha debido pensar Elena Nevado en los últimos meses, en los que unos y otros han jugado al ratón y al gato cuando ha tocado hablar ante los micrófonos sobre si repetía como candidata. Lo inteligente para Nevado habría sido emular a uno de sus antecesores en el cargo, Carlos Sánchez Polo, quien tras ocho años en la alcaldía supo que era el momento de cambiar para seguir siendo alguien en la política y acertó. Fue vicepresidente de la Junta cuando de haber continuado en el ayuntamiento habría sido portavoz de la oposición.

La designación de Nevado como candidata a la alcaldía habrá sido un caramelo dulce para ella porque siempre que ha tenido oportunidad ha presumido de su cacereñismo. Pero también es un caramelo envenenado porque las elecciones del 26 de mayo serán las más importantes y duras de su vida.

Se juega todo. Es verdad que en Cáceres siempre gana el centro derecha en unas elecciones municipales, pero el problema para el PP es que ahora hay más centros y más derechas para elegir. Y a esto se suma la Ley D’Hont, que es el sistema para el reparto de concejales y que castiga la fragmentación política. VOX podría sacar el 4,99% de los votos y quedarse sin un concejal en el ayuntamiento (el límite para entrar en la corporación está en el 5%), pero con ese porcentaje de papeletas le podría quitar uno o dos ediles al PP.

A favor de las aspiraciones de futuro de Nevado están los resultados de las elecciones andaluzas porque Ciudadanos ha dejado de ser el enemigo para convertirse en el cómplice. Con lo que está pasando en Andalucía no se entendería que CS se aliase con el PSOE en Extremadura. Si su lista es la más votada, tiene aún la posibilidad de continuar en la alcaldía y de igualar a José María Saponi en número de legislaturas al frente del ayuntamiento.

Llegaría a la alcaldía por medio de acuerdos postelectorales, ya que la noche del 26 de mayo no se sabrá quién gobernará el ayuntamiento, sino que habrá que esperar a unos días antes de la investidura de mediados de junio.

Al final se han dado muchas vueltas para llegar al punto de partida: el que ostenta la alcaldía es siempre el mejor candidato, al menos es el más conocido. Se ha perdido un tiempo para haber reforzado más la figura de Nevado de cara a las elecciones, ya que con las incertidumbres de los últimos meses se ha lanzado el mensaje de que Nevado no era la primera opción.

Desde el PP se pulsó la opinión de la ciudadanía con tres posibles candidatos a la alcaldía. Las otras dos alternativas eran los concejales María Guardiola y Rafael Mateos. La elegida es Nevado por, entre otros motivos, ser la más conocida y porque, a pesar de sus ocho años de mandato, aún no tiene demasiado desgaste. Y esto da la razón al político italiano de centro derecha Guilio Andreotti cuando aseguró que el poder solo desgasta a quien no lo posee.