El bailaor malagueño Paco Mora llega al Gran Teatro este viernes a las 20.30 horas de la mano de su madre, Carmen Mora, a la que ha hecho cumplir su mayor sueño: ser bailaora.

El espectáculo ‘Flamenco para recordar’, que ya ha recorrido gran parte de Extremadura, se presenta este fin de semana en Cáceres. Una obra que hace que no se borren del todo los recuerdos y que, además, los pone en ebullición a través de la copla y del flamenco, con la premisa de demostrar que la enfermedad del alzheimer o la demencia pueden ser menos amargas a través del estimulo de la música y el baile. En este caso, la experiencia de Paco Mora como cuidador de su madre, que padece esta enfermedad, y la que tiene como profesional del flamenco se mezclan para dar luz a este taller de terapia alternativa.

El bailaor conoce bien los escenarios ya que está estudiando Dirección Escénica en la Escuela Superior de Arte Dramático de Extremadura (ESAD) de la capital cacereña. Sin embargo, esta vez la protagonista de la historia es su madre, Carmen, de 88 años. «Yo aquí soy el hijo de la artista», relata. Y es que, su madre es la encargada de recopilar sus propios recuerdos sobre las tablas. Bailando flamenco y escuchando los "quejíos" de las coplas.

Lo que busca Mora es comunicar un mensaje que se basa en la empatía con el alzheimer. «Transmitir el conocimiento desde la perspectiva de quien no lo conoce y la asimilación por parte de quién tiene la enfermedad cerca y a estos enseñarles de que hay caminos o formas por los que llevar la enfermedad. Hacerles saber que hay un halo de esperanza», añade. Desde que comenzó a realizar talleres, ya que considera que no son terapias, pudo comprobar que el flamenco y la copla resultaban muy beneficiosos para recordar. El flamenco lo utiliza para motivar la estimulación física. «El movimiento es para evitar el anquilosamiento de las extremidades y articulaciones». Por otro lado, la copla forma parte de la estimulación cognitiva. «Utilizamos la memoria, los recuerdos y las emociones a través de las letras y de la música».

La obra se divide en dos partes. La primera se remonta a 1940 y se desarrolla en Málaga, donde cuentan la historia de por qué Carmencita --su madre-- no puede continuar en la escuela de baile porque su padre no le deja. El siguiente escenario es en Badajoz, en el año 2018, donde cumple su sueño y baila. «Todo el hilo conductor de la obra es lo que pasa en su cabeza», explica el bailaor.

«En esa segunda parte lo que hacemos es ubicarla y explicarle en dónde estamos y en qué época; después la dejamos que sea ella misma y que sea libre a la hora de comunicarse; luego recuerda y nos cuenta anécdotas. En la última cumple su sueño de ser bailaora», desgrana. Además, dentro de este segundo escenario se enmarca también el fragmento de «las angustias». «Aquí se cuenta la manera de mostrar físicamente la angustia del cuidador dentro de lo que es la atención a una persona con alzheimer o demencia», desvela.

El espectáculo cuenta con ocho artistas en escena, además de Carmencita y Paco Mora, que entablarán varias conversaciones madre e hijo durante el transcurso de la obra.

Para el año que viene tienen previsto cruzar el charco y llevar el espectáculo a México, a donde por supuesto, irá Carmencita, la protagonista, de la mano del bailaor.