Un día perfecto se iniciaba ayer a las cinco de la tarde en el Gran Teatro de Cáceres. Fue esta la hora en la que comenzaba en este clásico teatro cacereño la octava edición del Danzamaratón de Extremadura, y Un día perfecto el título de la representación con la que el Grupo Aula de Danza de la Universidad de Extremadura (Uex) abría seis horas ininterrumpidas de danza.

Desde primera hora de la tarde todas las instalaciones y dependencias del Gran Teatro fueron un continuo ir y venir de bailarines, coreógrafos, profesores... y de público, un numeroso público que llenó enseguida el patio de butacas.

Una mezcla de ilusión y nervios se reflejaba en los rostros de los más pequeños, a los que sus madres daban los últimos retoques mientras sus profesoras y profesores recordaban consejos y sugerencias. Y frente a los niños y niñas --más niñas que niños, todo hay que decirlo-- que se inician en el arte de la danza, los ya un poco más avanzados, tanto en edad como en el baile, se dedican a calentar sus cuerpos y mentes.

Están sobradamente preparados, pero cada nueva actuación "supone un reto y nervios acumulados en el estómago", reconocen algunos a este diario momentos antes de que les toque salir a escena.

Al Grupo Aula de Danza, primero en hacerlo, apenas quince minutos después de que a las cinco se hiciera la presentación de esta octava edición de la Danzamaratón, le seguirían, hasta las once de la noche, otros 36 grupos. En total, unos 200 bailarines que ofrecerían a los asistentes los más variados espectáculos de danza, con todo tipo de propuestas y tendencias.

Escaparate en las tablas

Con total dedicación y entrega, los integrantes de todos los grupos participantes en el VIII Danzamaratón de Extremadura hicieron ayer del escenario del Gran Teatro un perfecto escaparate de los diferentes estilos de danza y de lo que en este campo se hace y ofrece en la Comunidad, que era lo que, en definitiva, buscaba la organización del evento.

Ya lo reconocía así, en su presentación a los medios de comunicación, su director y profesor de la Universidad de Extremadura, Pablo Molero, quien destacaba además que se trata esta de una actividad de "carácter participativo" y con dos objetivo claros: "formativo y de sensibilización hacia la danza", algo que, sin ninguna duda, se consiguió ayer sobradamente.

Los culpables de ello, los bailarines, por supuesto, pero también los que lo han organizado, es decir, la Asociación Cultural Aula de Danza Extremadura, el Consorcio Gran Teatro de Cáceres y la plataforma de gestión Codex.