Qué difícil resulta transformar los sentimientos en palabras. No es posible expresar la gratitud que sentimos hacia vosotros porque nada es suficiente para definir lo que nos habéis regalado. Nos habéis devuelto a Luis. Aitor y Sergio, sois dos ángeles que se han cruzado en nuestro camino y aquí permaneceréis para el resto de nuestras vidas. Habéis demostrado ser generosos y saber poneros al servicio. Dos valores esenciales que os definen como personas. Nunca podremos corresponderos en la misma medida pero queremos hacer público que esta segunda oportunidad que ha tenido nuestro hijo gracias a vosotros, aun siendo única e irrepetible, va más allá. Vuestro ejemplo puede servir para que muchos jóvenes se formen igual que vosotros habéis hecho. Si esta formación fuera accesible desde los centros educativos habríamos obtenido una enseñanza positiva de esta terrible experiencia. En cuanto al resto de compañeros de Luis, deseamos transmitiros también nuestra gratitud porque la vida os ha puesto a prueba demasiado pronto. Habéis estado a la altura de esta angustiosa circunstancia y os ha tocado aprender bruscamente lo frágil de la naturaleza humana. Estamos seguros de que la reacción de todo el colectivo educativo os servirá de modelo para el futuro. Queremos también señalar que desde la administración nos ha sido transmitido el compromiso de colaborar en la formación de la población en situaciones de emergencia y aprovechamos para reiterar la necesidad de ayudas en este ámbito. Estamos seguros de que nuestra dolorosa vivencia no será en vano y se producirá una mejora significativa a este respecto. Desde aquí, también queremos dedicar una mención especial a la actuación de mis compañeros del 112 y del Hospital San Pedro de Alcántara. El cariño y la profesionalidad con la que se ha actuado es digna de reconocimiento y nunca podremos agradecer lo suficiente la eficacia de vuestro trabajo. Por todo esto, nuestra familia al completo, os da las gracias a todos por haber permitido que sigamos juntos.