TCton motivo de la celebración del centenario de la inauguración de la Casa del Pueblo en Cáceres, UGT y PSOE han celebrado un homenaje a veteranos militantes que se afiliaron cuando aún estaba vivo el dictador y cuya trayectoria ha sido digna de imitar. Los partidos padecen de miopía, son injustos e incluso torpes en el trato que dispensan a los veteranos. Personas que durante años han demostrado eficacia, honradez e inteligencia política en diversos cometidos y son dueños de una experiencia abrumadora, permanecen arrinconados y solo reconocidos a través de homenajes con mucha palabrería.

Derrochar tal capital es un lujo que no se deben permitir y parece necesario crear los mecanismos oportunos para aprovechar sus virtudes y conocimientos. Probablemente sería conveniente crear una especie de senado en el que figuraran personas de trayectoria inmaculada y ejemplar al que fuera necesario consultar listas, nombramientos y decisiones, pues, aunque sus dictámenes no fueran vinculantes, servirían para iluminar las mentes de los dirigentes y gobernantes con análisis objetivos procedentes de gentes sin intereses ya por la actividad política ni deudores de camarillas adheridas, con la sabiduría que proporciona la experiencia y serenidad de la edad.

Esto ayudaría a que para ir en una lista no fuera necesario ser un arribista ni un lameculos sino demostrar preparación y méritos. Y ya que hablamos de la Casa del Pueblo quizás fuera conveniente preguntarse si en estos momentos el PSOE es "la casa del pueblo". La casa es el lugar de la paz, de la seguridad, de la compañía, del apoyo, de la ayuda incondicional, del cariño. En ella se educan los hijos, se generan los recursos para que accedan a la cultura, estudien y se preparen para el mundo, se proyectan el presente y el futuro y se recoge el fruto de la actuación diaria. En ella se come y se descansa. ¿Acaso el pueblo puede decir del PSOE que es su casa? ¿ Puede decir que como en casa no se está en ninguna parte?