Las rehabilitaciones se han sucedido y multiplicado durante años en zonas como Caleros, Hornillo, Sande, Gloria... Vivir al calor de la historia cacereña ha colmado la ilusión de muchos ciudadanos y ha requerido un esfuerzo especial por llevar a cabo las siempre complicadas reformas de este tipo de inmuebles, con más trámites y también más gastos. Pero a lo largo de 2019, el censo del entorno de la Ciudad Monumental, es decir, del recinto amurallado y sus áreas aledañas, se ha reducido hasta perder casi un centenar de vecinos, en concreto 89 en las zonas más ‘señeras’. Así lo recoge el exhaustivo informe anual de la Sección de Estadística y Registro del Ayuntamiento de Cáceres.

En concreto, según los datos pormenorizados por zonas, la Ciudad Monumental propiamente dicha ha visto decrecer su censo durante el último ejercicio en 22 residentes; las calles del entorno de Santa Clara en 26; Santiago y su barriada en 18; y la plaza Mayor en 15. Estas áreas no cuentan con excesivas viviendas y la mayoría son de planta baja, por lo que el éxodo de decenas de personas tiene si cabe mayor incidencia. Pero no se trata de una tendencia nueva. Desde el inicio de la crisis, el imán del casco histórico comenzó a perder fuerza.

Los datos así lo revelan cuando se realiza una comparativa de la última década. En 2009 se registró un aumento de 89 vecinos en Santiago y 9 en Santa Clara. Por entonces, Santiago tenía 1.383 residentes frente a los 1.011 con los que ha cerrado 2019; y Santa Clara sumaba 1.220 frente a los 950 del último estudio. Del mismo modo, la Ciudad Monumental ha pasado de 386 a 322. Sobre la plaza Mayor no existen datos concretos hasta los últimos años.

Francisco Marroquín, presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria de Cáceres (COAPI), explica que este movimiento se debe a tres aspectos muy concretos. «El primero depende simplemente de los gustos de las personas, son absolutamente aleatorios, van cambiando y también ocurre en el ámbito inmobiliario», explica. Barrios que un momento son muy atractivos dejan de serlo tanto, y al contrario, modas que pueden volver a girar al cabo de unos años.

MÁS COSTOSAS DE MANTENER

La segunda razón sí está más vinculada con el tipo de distrito. «Se trata de un casco antiguo, por lo tanto sus viviendas requieren rehabilitaciones y mantenimientos, que por mucha ilusión y mucho interés que tenga el propietario siempre son incómodas», indica el especialista inmobiliario. En estos inmuebles las reformas se hacen necesarias cada ciertos años. «Durante largo tiempo han recibido ayudas públicas para su conservación, y por tanto tenían un atractivo, pero en la actualidad esas subvenciones han decaído bastante, con lo cual, meterse en la adquisición de una vivienda sin ningún tipo de ayuda resulta más complicado», argumenta el presidente del COAPI. La conclusión parece obvia: son hogares más costosos.

La tercera razón que explica el descenso de población también está ligada a su condición de espacio histórico: «Durante los años 2018 y 2019 se ha producido el ‘boom’ de los alquileres turísticos, de modo que muchos propietarios de la zona monumental, con independencia de las condiciones de sus viviendas, las han vendido a buen precio aprovechando la tendencia alcista, para comprarse otra vivienda, la mayoría también en el centro, sobre todo en el entorno de Cánovas y la cinco radiales de la Plaza de América (Gil Cordero-Ruta de la Plata, avenida de Alemania, avenida de Portugal-Isabel de Moctezuma, Antonio Hurtado y Ronda del Carmen), detalla Francisco Marroquín.

Otros titulares de inmuebles en la zona, en lugar de venderlos, se han lanzado a la aventura empresarial del alquiler turístico, o bien los han alquilado a empresas que se dedican a esta actividad, sobre todo en el entorno de la Plaza Mayor, pero en cualquier caso esos cambios se han traducido en un descenso vecinal.

Las consecuencias de dichos movimientos para la Ciudad Monumental aún deben determinarse, «pero no será ni a corto ni a medio plazo dada la situación económica actual», matiza el presidente del COAPI. «De momento resulta difícil saberlo. Evidentemente se produce un despoblamiento pero también puede significar un mayor dinamismo turístico en la zona, porque el visitante trae alegría, trae circulación de dinero».

PARQUE RENOVADO

Desde su perspectiva de experto inmobiliario, Francisco Marroquín considera que «los movimientos de este tipo no se pueden considerar ni malos ni buenos, todos los cambios tienen aspectos positivos y negativos, ya sea en el casco histórico o en las nuevas urbanizaciones. Son tendencias a las que hay que adaptarse, nuevas realidades que en unos años pueden darse la vuelta».

Lo que sí queda claro es que el parque de viviendas del casco antiguo ha quedado muy rehabilitado, con inmuebles estructuralmente sanos en su mayoría. «En términos generales, la calidad y la confortabilidad de la zona resulta más que óptima», afirma el profesional.

LOS PROYECTOS TURÍSTICOS SÍ AUMENTAN

Godoy, el único palacio sin utilidad del patrimonio cacereño, acogerá un gran proyecto hotelero a cargo del grupo Scipión Perú, tras el protocolo firmado con la Junta de Extremadura, titular de este recinto del siglo XVI. La inversión prevista asciende a 10 millones para un complejo de 72 habitaciones, restaurante, centro de convenciones y jardines recuperados.

Mientras, avanzan las obras del Palacio Paredes-Saavedra (XIV-XVI), a cargo de los titulares de Atrio Relais & Châteaux, para habilitar 11 suites de lujo. Los mismos propietarios han adquirido el amplio edificio de la Demarcación de Carreteras, frente a Santa María, donde proyectaban en principio un complejo para eventos con baños árabes, gimnasio y restaurante.

También se ha vendido el Palacio de los Duques de Abrantes (XVI), en la plaza del Duque, a una empresa que cuenta con servicios de hostelería en la ciudad. El que ya está abierto es el albergue-restaurante de la Casa del Sol, y el que esboza sus primeros trámites es el futuro restaurante con el sello de Eustaquio Blanco en la plaza Mayor. A pocos metros (nº 27) se da forma a uno de los mayores complejos de apartamentos, con 26 distribuidos en cuatro plantas. Más en ciernes está el centro gastronómico de la calle Tiendas, en un espacio cedido por el ayuntamiento a la Asociación de Cocineros y Reposteros de Extremadura.