Este año se cumplen dos décadas desde la entrada en vigor del plan especial que determina qué tipo de intervención se puede hacer en cada uno de los inmuebles del casco viejo y qué uso tiene, además del nivel de protección. Pese a que en más de una ocasión se ha anunciado su revisión, aún no se ha llevado a la práctica. La modificación que se hizo en el plan especial para la ejecución del hotel de Atrio no es la excepción, sino que estos cambios puntuales se han convertido en la solución para compatibilizar proyectos de actuación en el casco viejo con la normativa.

Modificaciones o adaptaciones, con la aplicación de las determinaciones del plan general sobre el ámbito del plan especial, han posibilitado la realización de proyectos como el hotel Agora o el Don Manuel, en la calle Margallo, mientras que otros proyectos como el centro Helga de Alvear o el traslado del conservación al palacio de Godoy también requieren de la modificación del plan especial.

Otra intervención acometida en los últimos años, que finalmente se tramitó con un estudio de detalle, fue la rehabilitación de la sede del BBVA en Cánovas y la transformación de la trasera de este edificio en la calle Aperadores. San Antón, Canterías, Nueva o Luis Grande Baudesson son otras calles del casco viejo donde se han tramitado modificaciones puntuales del plan especial para adecuar los nuevos usos a la norma.

De todas las modificaciones del plan especial tramitadas en los últimos años, la que hasta ahora era la más polémica fue la que se realizó en la pasada legislatura en Mira al Río para la ampliación de este vial y de San Roque y la transformación del puente de San Francisco.

Este cambio también tuvo el rechazo de Icomos, que por esta obra incluyo a Cáceres en el libro, correspondiente a los años 2004 y 2005, sobre monumentos y sitios del patrimonio mundial en peligro, en aquella ocasión el libro recogía un informe de Antonio Campesino, catedrático de la Uex y vicepresidente de Icomos. Esa vez no hubo inconveniente en hacer público el nombre del autor del informe de Icomos.

Este documento, pese a que se indicaba que se desatendían las directrices de la convención para el patrimonio respecto al entorno del casco monumental, no impidió que la obra se hiciese.

Ahora, en el informe de Icomos sobre el hotel, se cuestiona la modificación hecha en el plan para que se pudiese actuar en los inmuebles de San Mateo, Condes y Olmos, indicando que se modificó para amoldarse al proyecto, en vez de que se hiciese al revés.

Este fue, precisamente, uno de los temas de los que se habló en la comisión del plan en la que se informó a favor de la modificación en San Mateo, según recoge el acta de aquella sesión. El fin de la modificación era el cambio del uso, suprimir el administrativo y posibilitar el hotelero, además de agrupar tres parcelas, donde se hace la actuación, que también suponía una reversión a la situación parcelaria inicial.

En aquella sesión se planteó si la modificación era lo adecuado y se advirtió de que se podía caer en un agravio comparativo con los particulares que promueven obras que no encajan en el plan.

Pero también se expuso que el plan especial no es un documento inmutable, que en muchos casos estas modificaciones son las únicas maneras de adecuar los planes a la realidad y que la vía que se estaba siguiendo también se había hecho para otros casos.

También se habló de la pérgola que hay sobre la terraza, uno de los elementos que cuestiona ahora Icomos. Entonces se respondió que con esta solución se creaba un manto vegetal y que la decisión se valoraría con la presentación del proyecto de obra. Al final la modificación se aprobó por unanimidad de la comisión.