Las casas podrán incluir terrazas con vistas, habrá mayores probabilidades de cambiar la distribución interna de los inmuebles e incluso segregarlos, y también se darán más facilidades para instalar chimeneas o colocar rótulos publicitarios. Se regularán los veladores y habrá nuevos criterios en las cotas de cornisas y cumbreras. Son algunas de las modificaciones del Plan Especial de Protección y Revitalización del Patrimonio Arquitectónico (que aglutina a unas 3.000 viviendas), anunciadas ayer por el ayuntamiento. La excesiva rigidez de sus normas urbanísticas, con dos décadas de vigencia, está poniendo trabas e incluso frenando las rehabilitaciones en esta amplia zona en torno a la parte antigua, que abarca desde la Ribera del Marco hasta la plaza de Toros, y desde San Blas hasta San Antón.

La comisión de seguimiento del plan especial, formada mayoritariamente por técnicos (arquitectos, aparejadores...), aprobó el miércoles de forma unánime iniciar estas modificaciones consideradas "urgentes". Porque redactar un plan nuevo, como ya se hizo con el de urbanismo, "costaría millones de euros y resultaría inviable en estos momentos", explicó ayer la alcaldesa. "Pero tampoco podemos cruzarnos de brazos, la Ciudad Monumental tiene vida, hay personas, hay negocios, y hay que facilitar la llegada de más residentes y empresarios", subrayó Elena Nevado, explicando que estas modificaciones despejan en realidad muchas de las trabas que vienen entorpeciendo los proyectos de rehabilitación. "Hablamos de aspectos del plan que generan problemas absurdos", dijo.

De hecho, la propia comisión de seguimiento ha tenido que interpretar las normas en numerosas ocasiones de manera forzada para dar respuesta a distintos proyectos de rehabilitación, "porque el plan es excesivamente proteccionista", indicó la alcaldesa. Ahora se le dará una cobertura legal a esas soluciones más flexibles, en un entorno donde uno de cada cinco inmuebles están deshabitados y necesitan reformas antes de albergar nuevos inquilinos.

El objetivo está claro: dinamizar la parte antigua y el casco viejo con más población y negocios, dar facilidades a quienes muestran interés en la zona, o cuanto menos no poner excesivas trabas. "Y entendemos que eso no es incompatible con la protección del patrimonio", matizó Nevado, subrayando que los edificios con máxima protección en el recinto intramuros (Patrimonio de la Humanidad) lógicamente no se van a modificar. En cambio, las viviendas antiguas de los alrededores que no pueden habitarse sin una obra previa ahora lo tendrán más fácil.

"No queremos que la gente se eche atrás y que los proyectos acaben en un cajón por ser excesivamente proteccionistas, por no poder mover un tabique o una bóveda, o por no hacer una terraza que no se ve desde la calle", indicó. "Con estos cambios, de escrupuloso respeto al patrimonio, serán posibles rehabilitaciones que de otra forma no podrían hacerse", matizó Nevado.

Respecto a las modificaciones, afectarán a distintos aspectos urbanísticos. En primer lugar se permitirá utilizar las cubiertas planas de la ciudad monumental como terrazas, con un espacio superior al 10%de la superficie construida, que era el límite del plan hasta ahora. Se dará así satisfacción a un aspecto prioritario para muchas de las personas interesadas en comprar una casa en la parte antigua y aledaños, a fin de disfrutar de unas excepcionales vistas, "siempre y cuando no llevemos esa terraza a fachada, que quede protegida y que el retranqueo no se vea desde el exterior", precisó.

ALINEACIONES Y CHIMENEAS La comisión también dio el miércoles luz verde a flexibilizar las condiciones de segregación de los inmuebles con protección ambiental genérica del casco histórico, dentro de ciertos límites y condiciones, para no hacer inviables las reformas. "Además se permitirá que esas edificaciones vayan más allá de las alineaciones interiores, y que se contemplen aquellas situaciones que ahora están fuera de la ordenación del plan, pero que son una realidad a la que tendremos que dar legalidad", explicó.

Otro aspecto que genera continuos problemas es la restricción de chimeneas y salidas de humo. "Pretendemos hacer exenciones, que se permitan soluciones alternativas, pero con estricto cumplimiento de la normativa técnica para que no se produzcan impactos no deseados sobre el patrimonio", aclaró Nevado.

Asimismo, se redactará una regulación de la publicidad exterior independiente y propia para esta zona. "Queremos que la rotulación de la Ciudad Monumental resulte homogénea, permitiendo la utilización de materiales respetuosos con nuestro patrimonio, porque el plan es ahora excesivamente exigente en este sentido", dijo Nevado. Igualmente se regularán los elementos de ocultación de instalaciones como contadores, antenas, aparatos de climatización... "Somos conscientes de que en ese aspecto tenemos un problema", reconoció la alcaldesa.

Del mismo modo, se adaptarán los criterios de igualación de las cotas de cornisas y cumbreras, que también están complicando algunas propuestas de rehabilitación. También se sometió a la comisión la necesidad de estudiar los usos permitidos por zonificación y la posibilidad de incorporar otros nuevos que no se contemplan.

A todo ello se unirá la ordenanza de terrazas y veladores, en la que ya se trabaja, y que tendrá una regulación específica para la zona del Plan Especial (intramuros y extramuros).

La adaptación de dicho plan vendrá a certificar estas modificaciones que en algunos casos ya se estaban permitiendo por razones de lógica, eso sí, con evaluaciones de los proyectos uno por uno a través de la Comisión de Seguimiento del Plan Especial. Por ejemplo, la alcaldesa citó el gastrobar Mastropiero, situado en la confluencia de Pizarro con Fuente Nueva. Allí, el Plan Especial impedía rehabilitar el jardín interior pese a que estaba encementado. "Son mejoras evidentes, en este caso se ha arreglado un patio en lugar de dejarlo estropeado, y con el plan en la mano no se podía hacer nada, ni siquiera instalar un foco. Los tiempos cambian y debemos adaptarnos", explicó Nevado.