El estudio socioeconómico del avance de la revisión del plan especial del conjunto histórico desglosa la población (sexo, edad, nivel de estudios, lugar de procedencia...) de más de un centenar de calles del casco viejo y de su zona de influencia. Destaca la poca población de calles que hasta hace unos años eran vías distintivas. Pintores tiene 27 residentes y San Pedro cuenta con 23. Son dos ejemplos del «despoblamiento del centro histórico que sigue en progreso», según se detalla en las conclusiones del avance, en el que se asegura que «especialmente preocupante es el eje terciario, comercial, que conecta avenida de España con plaza Mayor (...) por los numerosos locales sin uso que provocan una degradación notable y poco atractiva para su rehabilitación».

De este plan especial y de su plan de gestión van a depender las medidas que se adopten para revertir este despoblamiento. Por eso la importancia de estos documentos, de los que por ahora solo se conoce un avance, ideas generales con un análisis de situación y una propuesta de soluciones.

Una de esas situaciones a las que busca solución es la restricción de usos urbanísticos (residencial, comercial, recreativo, institucional...) de la norma actual que «en muchos casos ha imposibilitado la rehabilitación» de edificios, según se expone en el documento. «La rigidez en la regulación de usos -de la norma actual- ha impedido muchas actuaciones», añade.

Entre las soluciones que propone para la revisión de la norma está que «se tengan en cuenta las necesidades reales del conjunto histórico (terrazas, ventanas en cubierta, soluciones constructivas...) estableciendo una graduación zonal donde la flexibilidad dependerá del nivel del protección». «Se propondrá una amplitud de compatibilidad de usos», plantea.

Esa flexibilidad para facilitar la restauración y usos busca que la norma no sea un freno -como en ocasiones habría pasado- o que se necesite su modificación puntual, que al final solo se hace para proyectos concretos, como ha pasado en los últimos años con Casa del Sol, Atrio o Helga de Alvear.

Esto se propone sin olvidar la disciplina urbanística, que nada se haga fuera de la normativa, dado que el fin último del plan es la protección, con distintos niveles, del casco viejo. En el avance se asegura que de las visitas a fincas del conjunto histórico se han detectado «numerosas obras no contempladas en la documentación de los archivos del ayuntamiento, que podrían no corresponderse con las licencias concedidas». Por eso propone «protocolos obligatorios para que exista una disciplina urbanística real».

Una norma flexible y una disciplina urbanística ‘real’ son solo dos de los aspectos que analiza la revisión. Hay un tercero: la falta de aparcamiento. Hay un dato que destaca de la encuesta entre vecinos para redactar el avance: el 91,5% opina que la principal causa que entorpece la llegada de nuevos residentes es la relacionada con el aparcamiento y la accesibilidad. Por eso se plantean hasta quince ubicaciones para la construcción de aparcamientos subterráneos con un mínimo de 1.500 plazas y seis enclaves para 300 nuevas plazas en superficie.

Puede que esta revisión, por todo lo que está en juego, sea el documento más importante que tendrá que aprobarse en esta legislatura. Es un plan muy especial.