Los caseteros contienen los precios por la crisis. Un sondeo entre los hosteleros de la feria pone de manifiesto que comer y beber vale este año lo mismo e incluso menos que el año pasado. Algunas casetas, como afirma Manuel Moreno, de la Jamonería Extremeña, se atreven a bajar las tarifas de raciones y bebidas para animar a que el público consuma más como fórmula para alcanzar al menos los mismos números que el año pasado. "Es preferible vender a precios más bajos y trabajar más, que seguir con los mismos", asegura.

Todos los caseteros consultados coinciden en que este año han mantenido los precios. Tomarse una cerveza oscila entre 1,50 y dos euros, que puede llegar a tres si se apuesta por las más discotequeras. En Bahía, por ejemplo, una de las nuevas incorporaciones, aplican los mismos precios que en la discoteca, con el gancho de vales de descuento para las copas, que bajan hasta cuatro euros. "Es nuestra forma de luchar contra el botellón", asegura Coke Bermejo, uno de sus responsables.

En la caseta del Partido Popular, una de las más grandes y concurridas del recinto, también se aplican contra la crisis. El hostelero Francisco Gata explica que invierten 27.000 euros en el montaje, sin contar camareros y seguridad. Las copas, a cinco; la cerveza de barril, a dos. "Venimos de hacer otras ferias. La gente sigue viniendo igual, pero consume menos", asegura.

En la Casa de Andalucía llevan tres años sin mover los precios, precisa Emilio Ojeda, tesorero y vicepresidente. Una cerveza cuesta 1,60 y las copas, según la marca, entre cuatro y seis. Las raciones, a excepción del jamón y las gambas que rondan los 15 euros, oscilan entre siete y diez. "Estamos a la expectativa de cómo nos va este año", afirma.

José Manuel Buitrago, de la asociación cultural las Almenas, otra caseta clásica de la feria, cree que hay que apostar por precios asequibles. Una ración no pasa de nueve euros, sin incluir ibéricos. Una cerveza, dos.