Camisa azul a rayas, barba de tres días y piropos a la prensa. Inició su discurso en tono conciliador, explotando su imagen de niño bueno, aunque pecó de Teresa de Calcuta: "no estoy dolido, no he escatimado esfuerzos, han sido dos años francamente positivos...", frases que entrelazaba con cierta serenidad. Pero a medida que se le calentaba la boca, Javier Castellano, el hombre defenestrado del Partido Popular, cambiaba su serenidad por un grado de creciente nerviosismo que convirtieron esa oratoria conciliadora en un cúmulo de dardos que lanzó contra sus jefes más directos: el presidente local del PP, José Antonio Villa, y el provincial, Laureano León, brazos ejecutores de una sentencia que ha sacado de la portavocía municipal a Castellano y que día a día lo aleja irremediablemente de la candidatura a la alcaldía para las próximas elecciones municipales.

¿Cómo son sus relaciones con Villa y Laureano León?: "Paso palabra", contestó Castellano, una frase con la que ayer confirmó su desencuentro con ambos líderes y que simboliza la división que existe en el seno de un grupo municipal que desde la semana pasada lidera la abogada cacereña Elena Nevado, pupila de un Villa que ha apostado con fuerza y sin miramientos para que sea ella y no Castellano quien puje por la alcaldía de Cáceres.

El ya exportavoz municipal citó a la prensa en el Hotel Don Manuel. De su bolsillo pagó el desayuno que ofreció a los periodistas, a quienes habló durante algo más de 20 minutos. Castellano comenzó confesando que las últimas semanas habían sido "largas" para él y quiso seguidamente hacer un balance de su gestión: "Uno tiene la sensación de haber echado el resto, de haber hecho todo lo que ha podido, con la mayor dignidad posible y además con mucho gusto".

Tras entonar un mea culpa : "Si no se ha hecho más --dijo--, es que no se ha sabido o no se ha podido", Castellano aseguró que se va con la sensación de haber cumplido con su deber, de haber asumido el reto que el partido le propuso cuando Saponi dimitió, y de haber hecho "una oposición constructiva y cercana a la gente". Y concluyó: "Tengo un magnífico sabor de boca".

Pero ese sabor de boca le duraría ayer poco al portavoz, porque un segundo después insistió en que en política "tener criterio no sale gratis" y que precisamente ha sido la defensa de su criterio el motivo fundamental de su despido . Parece que Castellano no estaba dispuesto a decir sí, guana a sus jefes. Tanto es así que incluso criticó a quienes definió como los "mandos intermedios" de su partido, esa gente que siempre le dicen al superior lo que éste quiere escuchar. "Eso es dramático", aseveró el concejal. "No tengo ninguna vocación de nadar a contracorriente, pero sí tengo un compromiso conmigo mismo y con mi conciencia, es decir, con mi criterio. Eso de lo que tú digas fulanito o lo que tú digas menganito , pocas veces se habrá escuchado de mi boca".

Y añadió: "Algunos siempre hemos estado dispuestos a pagar con mucho gusto nuestro criterio. Y Javier Castellano desde muy pequeñito tiene criterio".

NO DIMITE Criterios aparte, lo cierto es que el exportavoz no entregará su acta de concejal: "Uno tiene un compromiso con un partido político", dijo. ¿Su futuro?: "Hacer mi tesis, conseguir lo que quiero conseguir en lo profesional, atender lo que tengo que atender en lo empresarial, que es una empresa familiar", contestó saliendo por la tangente, aunque luego enmendó: "El futuro es servir fiel y lealmente hasta el último día a esta ciudad". Y volvió a lanzar otro dardo: "¿Como concejal de base, base, base?: pues como concejal de base, base, base".

¿Estará en las listas del PP para las próximas municipales?: "Yo por un proyecto político en el que crea siempre voy a estar ahí como el que más, dando la cara, dando la batalla". Y otro dardo más: "Más difícil es quedarse ahí dentro aguantando el tirón y lo estoy haciendo".

¿Le han prometido que estará en esa lista?: Otro dardo: "Teniendo en cuenta que quienes están en disposición de prometerte son directamente responsables de lo que está sucediendo, no están en el mejor momento para prometer y ser creídos. ¿Tú te creerías alguna promesa aunque te prometieran ser presidente de los Estados Unidos de América?", se preguntó.

Y aún así, insistió en que no está molesto: "El trago de hoy no es fácil. Pero de dolido, nada". Y un nuevo dardo: "Cuando esta mañana me he medio peinado he dicho: Jairete qué feino eres y qué tranquilo estás con tu conciencia. Ojalá los demás puedan hacer lo mismo". Castellano no quería nadar a contracorriente, pero ayer, sin duda, nadó --y de qué manera-- contra la corriente de Villa y Laureano.