La caza en los cotos periurbanos no frena la presencia de jabalíes en la ciudad. El último susto se lo han llevado en Vistahermosa, donde este fin de semana, por la tarde, un cochino cruzó una de las calles a toda prisa. En ese momento paseaban por la zona varias personas, que presenciaron cómo el animal rompió hasta una alambrada para llegar a las calles de la barriada. Cruzó muy deprisa la calzada y no hubo que lamentar daños.

La situación vivida pone de nuevo de manifiesto el problema que existe en la capital cacereña con la presencia de estos animales, que cada vez son más habituales en el núcleo urbano. Se les ha visto en numerosas ocasiones, además de en este barrio, en Residencial Universidad o en San Blas. Han provocado además más de un accidente en la ronda norte. Hasta el momento no ha habido que lamentar daños personales, pero en más de una ocasión el choque ha destrozado los vehículos._Los vecinos exigen una solución.

Precisamente debido a esto la Junta de Extremadura optó por ampliar el permiso de caza en cotos urbanos. Así, el pasado 25 de noviembre publicó una resolución por la que se declaraba la emergencia cinegética por motivos de protección del medio natural y sanidad animal en la región. En este sentido, la nueva normativa autorizaba repetir manchas para las modalidades de montería, batida y gancho, exclusivamente para abatir jabalí. Pero, por el momento, no ha surtido efecto.

Desde la Federación Extremeña de Caza (Fedexcaza) insisten en que esto nunca solucionará el problema de la sobrepoblación de jabalí que tiene Cáceres. «Esos jabalíes duermen ya en áreas periurbanas, cerca del alcantarillado y de las viviendas, no están en los cotos», destaca el presidente de la federación, José María Gallardo. Y recuerda, además, que repetir una montería en un mismo coto tampoco será efectivo, ya que el animal se marchará una vez que descubra que allí se caza. Huyen de ese espacio, por lo tanto, no se podrá acabar con ellos.

Desde el colectivo hace años hicieron el ofrecimiento de abatir jabalíes con flechas de una forma controlada. Según Gallardo, es la única manera de poder controlar la sobrepoblación de ungulados. «Hay personas cualificadas para ello. Es una acción controlada, legal y que se ejerce con la más absoluta seguridad para las personas. No se necesitaría acabar con todos los jabalíes porque ellos mismos acabarían volviendo al monte por miedo a ser abatidos», asegura. Si se llevara a cabo, calcula que en un periodo de entre seis y nueve meses se conseguiría controlar. El ayuntamiento, por si parte, siempre ha declinado esta alternativa.

Gallardo recuerda además que son animales peligrosos. «Hay ejemplos reales de ataques a personas. En Cáceres todavía no ha ocurrido pero en otros lugares sí. Además no hay que olvidar que transmiten muchas enfermedades».