Siempre había escuchado hablar bien de la carrera militar, así que tengo muchas ganas de empezar. La verdad es que estoy un poco nervioso», reconocía Alejandro Urbano, cordobés de 28 años, a las puertas del Centro de Formación de Tropa (Cefot) de Cáceres en conversaciones con este periódico. Ayer comenzó la formación para algo más de 650 alumnos en el centro militar de la capital cacereña, número que supera en más de doscientos al del ciclo anterior, que concluyó hace tan solo dos semanas, y que es uno de los más importantes de cuantos ha acogido el Cefot. José María Iglesias, coronel director del centro, lo calificó de «bastante importante» durante la clausura del pasado curso.

Los nuevos alumnos comenzaron ayer un proceso que concluirá con su incorporación a las Fuerzas Armadas. En él pasarán por una primera fase, la que dio comienzo ayer, de formación general militar, que tiene una duración de nueves semanas aproximadamente. Tras la finalización de este periodo, procederán a jurar la bandera, uno de los actos más emotivos para los soldados que se inician en el ejército, y disfrutarán de unas pequeñas vacaciones.

A la vuelta, los futuros militares encararán la fase de formación específica, que durará unas siete semanas y cuya finalización, por tanto, está prevista para finales de febrero del 2017. Clausurada su formación, pasarán a incorporarse a sus respectivas unidades de destino, (todos a unidades de Fuerza), que, además, son las que rotan para desempeñar las distintas misiones que el ejército español desarrolla en Mali, Líbano, Afganistán o Irak. Se trasladarán, por tanto, a cualquier lugar de la geografía española, desde Badajoz a Barcelona, pasando por Jaca, País Vasco, Galicia, Córdoba...

NERVIOS // Los primeros alumnos que llegaban ayer mostraban sus nervios instantes antes de acceder al centro. «Yo tengo 28 años. Estoy en el límite, porque con 29 cumplidos ya no te dejan entrar», afirmaba el propio Alejandro Urbano. Diplomado en Empresariales, había trabajado hasta ahora en una empresa cordobesa, «pero me resultaba monótono. Ahora tengo un montón de ganas de empezar». Al cordobés le gustaría acabar en un futuro en su tierra. «Hay una delegación de Infantería y, la verdad, me gustaría acabar allí. Tu tierra siempre tira más», concluye.

A su vez, pero en coches diferentes, llegaron también Francisco José, de 22 años, y Francisco Medina, de 23, también cordobeses. Todos, con el pelo recién rapado y las maletas a cuestas, comentaban sensaciones antes de comenzar su instrucción. Aunque no sólo llegaron alumnos con sus vehículos personales. Un autobús procedente de Espejo (Córdoba) y Granada aterrizó en el Cefot alrededor de las tres del mediodía, y otro hizo lo propio pasadas las nueve de la noche, esta vez desde Madrid. Se inician ahora en una formación que durará en torno a cinco meses y que los convertirá en soldados.