El proyecto de ampliación del cementerio cacereño se ha concebido como uno de los más modernos del país, con fuentes y láminas de agua, tejados de hierba ondulante, abundante vegetación y hasta un bosque de la memoria que brotará de las propias cenizas de los difuntos. Es un concepto acogedor y abierto, muy distinto a la imagen lúgubre de los camposantos tradicionales. Y así se pudo comprobar ayer tras la inauguración de la primera fase, que ha consistido en la urbanización del nuevo acceso y la construcción de los cuatro primeros pabellones (432 nichos). Esta actuación, que ha supuesto 1,5 millones de euros del plan E, tendrá continuidad con una segunda fase, ya presupuestada para el 2012 con 700.000 euros para otros 432 nichos, según anunció la alcaldesa.

La falta de espacio en el cementerio, abierto desde 1844, ha obligado a realizar esta ampliación urgente tras años de retrasos. La zona nueva ocupa 18.000 metros cuadrados y tendrá 4.948 sepulturas (nichos, panteones y tumbas) y 2.438 columbarios (para cenizas), pero su elevado coste, unos 7 millones de euros, obligará a realizarla por fases. La empresa Senpa ha acometido la primera, que ayer quedó oficialmente inaugurada. Destaca el hall de acceso (por la avenida Cordel de Merinas, junto al crematorio), muy amplio, con una balsa de agua alimentada por una fuente y zonas ajardinadas.

De este punto parte la rampa de vehículos que permitirá a los coches funerarios llegar junto a todos los nichos. También la rampa para peatones, que hará posible caminar incluso hasta la parte más alta, salvando un 15% de pendiente sin un solo escalón. "Se han tenido muy en cuenta los criterios de accesibilidad. También la integración dentro del paisaje, para que el impacto visual del cementerio respecto a las viviendas del entorno sea el menor posible. La idea es que se perciba como un gran jardín", explicó ayer Elena Nevado, acompañada por el edil de Fomento, Jorge Carrasco, técnicos municipales y responsables de Senpa.

Las propias sepulturas también se organizan de forma singular. Son pabellones rectangulares de 108 nichos con espacios interiores comunes a modo de pequeñas plazas con bancos en cada acceso. "Vienen a cubrir una necesidad imperiosa", recordó la alcaldesa. Frente a ellos se ha levantado el primer jardín, con viejos olivos transplantados desde la Montaña de Cáceres.

La alcaldesa subrayó que esta obra es fruto del "consenso" y la "unanimidad" de todos los grupos políticos, y por ello lamentó que ninguno de ellos, salvo el PP, asistiera ayer al acto. Sin embargo, el PSOE remitió una nota recordando su empeño en sacar adelante este proyecto durante la pasada legislatura, y la "poca elegancia" de la alcaldesa al no invitarles oficialmente.